Segundo asalto de la eliminatoria entre CSKA de Moscú y Gescrap Bizkaia Bilbao Basket
Un lazo para amarrar a los caballos
Sin apenas tiempo para el descanso ni para corregir grandes cosas, Bilbao Basket debe buscar el modo de parar al CSKA de Moscú, que fue capaz de desarbolar a su rival con un juego sencillo, provocando 17 pérdidas, y hallando muchas situaciones de canastas fáciles.
CSKA MOSCÚ - BILBAO BASKET
Arnaitz GORRITI
A los pies de los caballos. Así quedó Gescrap Bizkaia Bilbao Basket a partir del tercer cuarto ante el CSKA de Moscú, que después de sestear durante 15 minutos -sestear gracias al convencimiento del juego bilbaino y a su gran acierto en el triple-, puso la directa y arrolló a los de Fotis Katsikaris.
El equipo del Ejército Rojo hizo bueno su apodo -los caballos- y dio buena cuenta de los hombres de negro a base de apretar en defensa, provocando hasta 17 pérdidas a los de Katsikaris -dentro de ese alto número de balones perdidos, cuando lo normal es que los bilbainos ronden los 12 o 13, hay que decir que 9 de ellos fueron robos de los moscovitas, un apartado donde Vorontsevich, tres robos, y Kirilenko, dos, tuvieron mucho que decir-, corriendo y anotando con suma facilidad -los de Kazlauskas sumaron un 73,5% de efectividad en los tiros de dos -25 de 34-, claro que, teniendo en cuenta que por lo menos 7 de esas 25 canastas dobles fueron mates -tres de ellos en contraataque-, se comprende con mayor facilidad el nivel de acierto ruso-, aparte de hacer gala de una espléndida capacidad de pase -20 asistencias, por 18 de Bilbao Basket, con Teodosic, con cinco, y Khryapa, con cuatro, como los más efectivos pasadores- en el contexto de una velocidad de circulación de balón endiablada -y con muy pocas pérdidas, 10, con nada menos que ocho robos por parte de los bilbainos-.
Son datos para entender un primer partido que mostró la diferencia de potencial entre ambas escuadras. Con todo, esta tarde, otra vez a las 17.15, el marcador estará igualado cuando se lance el balón al aire, y aunque «los caballos» querrán volver a correr desbocados, Bilbao Basket debe -esa es su única obligación real- intentar ponerles el lazo y amarrarlos.
Recuerdo de una remontada
«Al final, en los play offs del año pasado, perdimos el primer partido ante el Real Madrid, y con un par de cambios, sobre todo a nivel mental, conseguimos recuperar el factor cancha y eliminarlos», recordaba Rafa Pueyo a este periódico en las horas previas de volar hacia Moscú.
Ese recuerdo hace que la expedición bilbaina, aunque sin perder de vista la realidad, albergue esperanzas. «Llegamos a Moscú sabiendo lo que nos íbamos a encontrar. Tampoco pretendíamos ganar los dos partidos, queremos sacar uno. En el primero nos han ganado fácil, pero el equipo tiene orgullo, ganas de disputar este play off y no vamos a dejarlo escapar así de fácil», añadía Alex Mumbrú después del primer encuentro.
El badalonés declaraba que «tenemos poco tiempo para cambiar cosas, así que debemos competir hasta el último segundo. Veníamos a ganar un partido y tenemos otra opción de hacerlo mañana -por hoy-. Hay que animarse y estar juntos para hacer un buen partido».
Asimismo, el catalán guardaba un pequeño elogio al grupo de hinchas que se encuentran en Moscú. «Sabe mal cuando hay una derrota sabiendo que ha venido tanta gente. Saliendo del hotel, bajando a recepción, entrando al pabellón, saliendo del partido... siempre están aquí, animando. Es una pena no haber competido más, pero también es cierto que ya es un premio estar aquí, a las puertas de una Final Four de la Euroliga, y hay que disfrutarlo», dijo.
«Caer así, después de ir ganando todo el partido, fue una decepción. Pero debemos mantener una actitud positiva. Ahora hay que analizar qué fue lo que hicimos mal para mejorarlo en el segundo partido, porque creo que, aunque perdimos, tuvimos muy buenos momentos».
Fue David Andersen, el pívot de Montepaschi Siena, quien hablaba en esos términos tras la inesperada derrota del conjunto toscano en su feudo frente al Olympiacos, que supo darle la vuelta a un partido durísimo a pesar de la eliminación por faltas de Spanoulis, su indiscutible estrella.
El Palaestra de Siena será testigo a partir de las 20.45 del segundo asalto de dos rivales que se conocen muy bien y que el miércoles dejaron muchas cuentas por saldar.
«Fue una gran victoria en un gran partido. Así es el baloncesto en unos play offs. Queríamos enseñarle a Siena que podemos jugar duro y llevarnos el primer partido», declaraba Kyle Hines, uno de los destacados del primer envite, con 15 tantos.
Pese a la alegría por la victoria, el técnico del conjunto del Pireo, un viejo zorro como Dusan Ivkovic, mantiene la alerta respecto a un Montepaschi Siena que ya ha demostrado que es capaz de remontar eliminatorias adversas.
«Respeto mucho a Siena, ya que sabemos lo que nos hizo el año pasado, al eliminarnos pese a perder el primer partido. Mostramos una gran concentración en el duelo del miércoles y logramos parar a McCalebb, pero debemos saber que el segundo choque será muy distinto», advirtió. A. G.