La huelga estudiantil de ayer en Nafarroa derivó en una protesta multitudinaria, con más dos mil manifestantes por Alde Zaharra. Los estudiantes, convocados por Ikasle Abertzaleak, realizaron una espectacular sentada que cortó en hora punta la calle Navas de Tolosa, frente a la comisaría, durante unos 40 minutos. La determinación de los jóvenes provocó que se abriera una negociación para liberar a dos estudiantes que habían sido detenidos en la Txantrea acusados de volcar contenedores al inicio de la mañana. A través de la mediación de parlamentarios de Bildu y Aralar, los estudiantes accedieron a despejar la carretera a cambio de entrar al Parlamento, donde exigieron en persona al vicepresidente, Roberto Jiménez, que pusiera en libertad a sus compañeros arrestados.

Los estudiantes se dieron cita en la Plaza del Castillo a mediodía, hasta donde llegaron en varias columnas al grito de «Murrizketarik ez», tocando silbatos y lanzando petardos. Una vez reunidos, salieron en manifestación por las calles de Alde Zaharra, donde hicieron dos paradas: frente a Educación y frente al Parlamento, donde se leyó el comunicado y aparecieron unos enmascarados simulando ser Yolanda Barcina, Roberto Jiménez y el consejero de Educación.

La magnitud de la manifestación pareció multiplicarse conforme se adentraban por las estrechas calles de Alde Zaharra. A su llegada a la sede de Educación los estudiantes realizaron una sentada de un cuarto de hora, en la que también cortaron la calle Santo Domingo. La circulación tuvo que ser desviada, hasta que, con un aplauso, los jóvenes decidieron levantarse para continuar con el itinerario.

Poco a poco, entre el tronar de petardos y consignas contra la Policía y en favor de los detenidos de la mañana, los jóvenes fueron ganando confianza. A su paso por la calle Mayor, la cabecera se detenía entre cánticos, para después salir corriendo en estampida hasta rozar los talones a la decena de policías que les abrían paso.

El acto central tuvo lugar frente al Parlamento donde, además de la parodia de los enmascarados, se leyó un comunicado en el que se ensalzó «la lucha y el compromiso» como la única forma de plantar cara a los recortes del capitalismo.

Tras ese acto, de forma espontánea, buena parte de los jóvenes decidieron acudir a la comisaría a exigir la liberación de los detenidos. Tras plantar cara al cordón de agentes, los estudiantes cortaron la calle Navas de Tolosa. Cuando la carga parecía inminente, parlamentarios de Bildu y Aralar se interpusieron y lograron que los jóvenes se levantaran Sarasate para que sus portavoces negociaran ante el vicepresidente la liberación de los dos jóvenes que, en realidad, habían sido detenidos por la Policía Foral. Jiménez acudió a la Cámara para escuchar sus exigencias pero, al final, se negó a quitarles los cargos.