La Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea (CE) ha publicado un informe en el que se recogen los resultados de las políticas de gestión de residuos en los estados miembro.

En la nota de prensa adjunta al mencionado informe, dada a conocer ayer por el responsable de Medio Ambiente de la Diputación de Gipuzkoa, Juan Carlos Alduntzin, se explica cómo algunos socios europeos «están logrando convertir sus residuos en recursos».

Según la CE, la experiencia ha demostrado que la mejor forma de mejorar la gestión de lo residuos consiste en la combinación de una serie de instrumentos, entre los que cita «los impuestos y/o prohibiciones en relación con la descarga y la incineración», «los sistemas de pago por generación de residuos» y «los programas de responsabilidad de los productores».

A juicio de Alduntzin, este informe comunitario «coincide con el modelo puesto en marcha» por Bildu en Gipuzkoa al apostar por «la política del residuo cero». Además, advirtió que estas reflexiones se convertirán en el futuro «en directivas, reglamentos o leyes».

Janez Potocnik, comisario de Medio Ambiente, defiende en la nota que «los residuos tienen demasiado valor como para eliminarlos simplemente, y una gestión correcta de los mismos puede hacer que ese valor vuelva a inyectarse en la economía. En la actualidad, seis estados miembros -Bélgica, Dinamarca, Alemania, Austria, Suecia y Holanda- combinan la práctica eliminación de las descargas en vertederos con un elevado porcentaje de reciclaje». Estos países están consiguiendo tasas de recuperación de hasta el 70%.

Ante estas reflexiones procedentes de las más altas instancias europeas, Juan Carlos Alduntzin invitó al resto de formaciones a «sacar del debate político» una problemática, la de los residuos, que según subrayó «no tiene color político en ningún sitio, salvo en Euskal Herria».

Preguntado por la posible negativa de las Juntas de Bizkaia a la prórroga del acuerdo para depositar residuos en el vertedero de Igorre, el diputado de Medio Ambiente realizó una «llamada a la cordura» y recordó que «no podemos meter en el debate político una prórroga de un convenio que ya estaba escrito, hablado y previsto que era necesaria sí o sí».