El Ibex se hundió con estrépito en medio de noticias muy negativas en el ámbito empresarial y bancario. Se apuntó la mayor caída del año. De una parte, al esperado reajuste en la cotización de Repsol tras la pérdida de YPF, se sucedieron ayer la venta del 3,69% de Iberdrola por parte de ACS y el aumento de la morosidad bancaria en febrero hasta el 8,16%. Este feo panorama, por tanto, se unía a la decepción causada por el FMI con su demoledor informe sobre la recesión del Estado español y las serias dificultades para cumplir con los objetivos de déficit hasta 2018. Además, se vio de nuevo remontar a la prima de riesgo hasta los 410 puntos, después de haberse movido por debajo de los 400 puntos. Estos miedos a un empeoramiento de la crisis de deuda soberana, que está centrada actualmente en el Estado español, podrían avivarse hoy con la subasta de bonos y obligaciones. El Ibex terminó en los 7.079,20 puntos, tras derrumbarse un 3,99%. Los descuentos del resto de plazas europeas fueron bastante inferiores. Londres retrocedió un 0,38%, Fráncfort, un 1,01%, y París, un 1,59%. Dentro del Ibex, sobresalieron las fuertes bajadas de ACS (-6,06%) tras vender una parte de sus acciones de Iberdrola (-7,87%), así como las caídas de Repsol (-6,21%) y Sacyr (-10,36%). Bankinter, Abengoa, Acciona, FCC y Gamesa cedieron más de un 5%. Los pesos pesados también fueron castigados: Telefónica se dejó un 4,15%, Santander, un 4,03%, y BBVA, un 3,07%. Sólo Grifols (+0,55%) evitó el color rojo. En París, el peor fue Société Générale (-5,01%), mientras que Danone (+1,51%) encabezó a los cuatro ganadores.