Turquía interceptó ayer un buque de carga con pabellón de Antigua y Barbuda, bajo sospecha de transportar armas a Siria, según informó una fuente diplomática turca a France Press.

El Atlantic Cruiser, que navegaba frente a la costa de Iskenderun, estará amarrado en el puerto de esta ciudad turca para una inspección detallada, según el armador alemán del navío, Böckstiegel, que añadió que el buque entró en el puerto de Iskenderun «por su propia voluntad y como se acordó» con las autoridades alemanas y turcas. El armador insistió en que «en ningún momento fue detenido o interceptado por las autoridades turcas» y que la parada en Iskenderun estaba prevista.

Muertos y observadores

Mientras tanto, en Siria, el cese el fuego seguía sin cumplirse. Diplomáticos de la ONU opinaron que las condiciones para que los observadores pudieran hacer su trabajo no siempre se cumplían, después de que el Ministerio sirio de Asuntos Exteriores dijera estar de acuerdo al 90% con el protocolo de esta misión. De este cumplimiento depende que la misión de complete con hasta 250 observadores o se suspenda.

La oposición indicó que al menos se produjeron 14 muertos en bombardeos y en una explosión que mató a siete soldados.

La agencia oficial Sana afirmó que murieron al menos diez miembros de las fuerzas de seguridad y cuatro civiles en los ataques de los insurgentes.

Desde China, el ministro de Exteriores sirio, Walid Muallem, prometió que «Siria continuará respetado la puesta en marcha del plan» del enviado de la ONU, Kofi Annan.

Los observadores visitaron la región de Damasco en su tercer día sobre el terreno. En Erbine, a siete kilómetros de la capital, cientos de personas se manifestaron en torno a ellos con una pancarta en la que se leía «El asesino continua matando, los observadores continúan observando, y el pueblo continúa su revolución».