Al igual que lo fueron Bilbo, Gran Canaria o Manresa, Fuenlabrada es una de las canchas en las que Gipuzkoa Basket no ha ganado nunca. Por ello, la plantilla donostiarra está motivada ante el reto del Fernando Martín.

«Es una pista complicada, por los espacios reducidos, por la cercanía del público y por lo difícil que es abstraerse del ánimo de sus aficionados. Pero creo que estamos acostumbrados y no puede ser algo contraproducente, sino que nos motive para estar un poco más concentrados», declaraba Sito Alonso en su alocución habitual.

Esa motivación, en principio, aumenta exponencialmente, puesto que la victoria puede traer consigo la clasificación matemática para los play offs para Lagun Aro GBC, aunque para ello debieran darse una serie de resultados favorables.

«Nosotros no vamos a intentar ganar en Fuenlabrada para entrar en el play off, sino porque en este partido se juegan muchas cosas. Queremos ganar por respeto a nosotros mismos, también por respeto al propio rival, y también por respeto al resto de equipos implicados, sobre todo los que están luchando por la permanencia. Si hacemos el esfuerzo podemos competir y estaremos contentos con nosotros mismos. Si no, nos faltamos el respeto a nosotros y a los demás», apostillaba a este respecto el técnico de Monzón.

La duda de Sergi Vidal

La principal duda del cuadro guipuzcoano es el concurso de Sergi Vidal, lastimado en su tobillo derecho frente al Joventut. Aunque no se sabrá a ciencia cierta si podrá llegar a tiempo, Sito Alonso aclaraba que «a menos del 80%, no nos sirve. Para eso, preferimos que juegue Lasa, que es uno de los exteriores que mejor defiende».

Sobre la paulatina inclusión de Korolev, valoró que «está haciendo lo básico: defender, ir al rebote ofensivo y defensivo y no cometer errores en cuestiones básicas. Puede haber, además, variaciones una vez que todos estemos en la rotación».

Por último, advirtió sobre el bajón del Fuenlabrada, que ha sumado dos triunfos en toda la segunda vuelta. «Ellos demuestran un carácter, sobre todo en su casa, y con sus cambios, es difícil controlar sus roles».