Afrontar cualquier situación por primera vez siempre lleva implícito una gran dosis de incertidumbre y emoción, qué decir si se trata de disputar una final profesional, por mucho que la del Parejas de Promoción de este sábado en el Labrit haya podido quedar algo solapada al estar programada la víspera del reparto de txapelas de primera. En ese aspecto, Olazabal (el más veterano habiendo debutado en 2007)-Larrinaga y Jaunarena (el más inexperto con apenas año y medio en profesionales)-Cecilio parten en igualdad de condiciones, ya que ninguno de los cuatro ha disputado nunca una final desde que dieron el salto a profesionales.

«Por el momento estoy tranquilo. Lo afronto como cualquier otro partido. Me imagino que cuando empiece la final, en los dos o tres primeros tantos, con las primeras gotas de sudor, nos desaparecerán los nervios. Yo saldré a disfrutar. Una final no se juega todos los días», reconoció el vizcaino Larrinaga en la elección de material de ayer, realizada sin contratiempos.

El bagaje de victorias/derrotas de ambas parejas durante el campeonato también está igualado (11-3), pero el hecho de que el de Leitza y el riojano se impusieran, y de qué manera, (6-22 en Eibar y 8-22 en Ezcaray) en los dos precedentes entre ambos, hace que los azules partan con la vitola de favoritos, como reconoció Olazabal. «Los favoritos son ellos. En los partidos jugados en la liguilla nos ganaron fácil. Será difícil cambiar la dinámica de derrotas que ellos nos ha impuesto, pero nosotros saldremos a por todas. Es una pareja muy pegadora y siempre están al ataque. Nosotros tendremos que defender muy bien», apuntó el de Areso.

No obstante, Jon Jaunarena es consciente de que «eso se demuestra sobre la cancha y a un único partido puede ocurrir cualquier cosa».

Escenario incómodo

Además, por eso de igualar los pronósticos, la elección de la sede de la final no termina de convencer a Cecilio. «El Labrit es un frontón bonito, pero a mí no se me ha dado muy bien. No sé si es porque la pelota se gasta antes o coge bote... pero no guardo buen recuerdo del frontón», apuntó el zaguero de Ezcaray ayer en el frontón iruindarra.

Al margen de toda la tensión inherente a cualquier final, en esta del Promoción habrá además cierto pique por eso de la procedencia de ambos delanteros, dos localidades tan cercanas como Areso y Leitza. «Jon y yo somos viejos conocidos, hemos jugado juntos en la escuela de pelota de Leitza. En Areso hay expectación con la final del sábado», explicó Mikel Olazabal.

«Areso y Leitza son dos pueblos vecinos y hay un pique sano entre nosotros. En el vestuario Mikel y yo ya hemos hecho bromas a cuenta de la final», respondió Jaunarena.