La reordenación de los centros de salud anunciada por la consejera Marta Vera tuvo ayer la primera reacción airada de los alcaldes de Bildu de Baztan, Agoitz y Altsasu. Los tres denunciaron que, bajo el barniz de una reordenación, el plan de Vera es un recorte del servicio de urgencias rural con el único objeto de ahorrar costes.

El alcalde de Agoitz, Unai Lako, explicó que les comunicaron los cambios con una simple proyección y que, dos horas después, la versión de la Consejería había cambiado. En la práctica, el cambio fundamental es la restricción del servicio de urgencias de sus tres zonas. A partir de ahora, ya no habrá un médico de guardia en el centro, sino que el funcionario solo estará localizable. En consecuencia, el tiempo de atención para una urgencia se alargará, ya que el médico deberá desplazarse al centro o, en su defecto, hasta el domicilio. Por otro lado, la prestación del servicio conllevará otros límites como, por ejemplo, que el médico tenga que acudir material sanitario desde su casa si no cuenta con tiempo suficiente como para recogerlo en el centro de salud.

Garbiñe Elizegi, alcaldesa de Baztan, advirtió de las peculiaridades de su zona, ya que además de ser el municipio más extenso de Nafarroa, la orografía provoca que de un punto a otro del valle se tarde bastante en llegar. El testimonio de Elizegi tiene un doble valor ya que, además de alcaldesa, trabaja en el centro que va a ser recortado. «Nos limitan las urgencias y lo venden como una remodelación. A cambio van a traer una máquina de rayos a Doneztebe. ¿Para qué queremos rayos allá, si cuando hay rotura se requiere un traslado a Iruñea?», se lamentó.

«La salud, la atención sanitaria pública y de calidad es un derecho y una obligación inexcusable de las administraciones públicas», subrayaron en su declaración conjunta. Además, recordaron que la atención que se recibe en los pueblos es muy mejorable, citando casos en los que una precaria atención ha tenido consecuencias fatales, como en Goizueta o Azkoien.