La consejera de Seguridad Nacional del Gobierno estadounidense, Janet Napolitano, subrayó ayer que la seguridad del presidente, Barack Obama, nunca llegó a quedar expuesta por el escándalo de los agentes secretos y los militares que contrataron los servicios de prostitutas durante la Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, en Colombia.

«No hubo ningún riesgo para el presidente», afirmó Napolitano, en su comparecencia ante la Comisión de Justicia del Senado. El escándalo implica a doce agentes del Servicio Secreto y a varios militares de los tres ejércitos que formaron parte de la delegación presidencial durante la estancia de Obama en la ciudad colombiana.

En total nueve de los agentes ya han anunciado que abandonarán el Servicio Secreto, tres han sido expulsados por mala conducta y otro está a la espera de que se le revoque su licencia. Además de los agentes, una docena de militares del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea están involucrados en este caso por la contratación de un total de 21 prostitutas. El caso se dio a conocer tras la denuncia de una de las mujeres, que aseguró que un agente no le pagó lo acordado por el servicio prestado y le echó del hotel. El presidente de la Comisión de Justicia, el senador Patrick Leahy, manifestó su sorpresa por el elevado número de militares y agentes envueltos en este polémico caso. «Las cifras son escandalosas», afirmó.

Napolitano destacó que en los últimos dos años y medio el Servicio Secreto estadounidense no ha recibido ninguna denuncia similar pese a que ha proporcionado protección en más de 900 viajes de autoridades al extranjero y en más de 13.000 viajes nacionales.