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Con las 35 horas y la eliminación de las horas extras se reduciría un 34% el desempleo actual

Confebask ha relanzado una propuesta de ampliar la jornada laboral. Los sindicatos la rechazan, porque entienden que reducir la jornada permite ampliar la contratación. Con los datos actuales una jornada de 35 horas reduciría un 34% el paro, como mínimo.

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Juanjo BASTERRA

Confebask afloró hace unos días el debate sobre el incremento de la jornada laboral. Conoce que generaría más paro, como explicaron todos los sindicatos al unísono, pero Miguel Angel Lujua, presidente de los empresarios vascos, siguió la guía neoliberal que semanas atrás referenció BBVA en su «Observatorio Económico». El informe concluyó que el Estado español «recupera productividad y competitividad más rápido que el resto de economías de la zona euro» desde el comienzo de la crisis. Los datos así lo indican. Esas mejoras, sin embargo, no se producen porque los empresarios invirtieron en tecnología y en equipos más eficientes y productivos para estar a la cabeza de Europa durante los quince años anteriores de bonanza económica, sino que han conseguido ese posicionamiento en los mejores estándares estadísticos con la reducción de empleos y salarios, y con el aumento de la jornada laboral. Así, BBVA confirmó que «la productividad por empleado ha aumentado en un 11,1% desde comienzos de 2008, el mayor crecimiento entre los países de la zona euro», según se establece en el informe. No contó que estar así a la cabeza con esas alforjas significa que en Hego Euskal Herria haya 190.500 parados, un 15% de tasa de paro, con la exclusión social y la pobreza en aumento.

Mientras los países europeos afrontan la crisis repartiendo el trabajo, mediante la reducción de la jornada, en el Estado español se agolpa a los trabajadores en las colas del desempleo, y así adelgazanlas empresas para lograr más beneficios por cada trabajador ocupado. Es otra manera de ver la crisis.

A finales del siglo pasado, en Euskal Herria se produjo un debate lógico para repartir el empleo mediante el reparto del tiempo de trabajo. Se trató de avanzar, como años antes lo había hecho el Estado francés, en la puesta en marcha de la jornada laboral de las 35 horas. De hecho, el profesor Arcadi Oliveres recordó hace unas semanas en su paso por Bilbo que el problema número uno en el Estado español es el número creciente de parados y, por lo tanto, debía retomarse la medida francesa de la reducción de las 35 horas «porque les permitió reducir a la mínima parte el paro». También en las medidas posibles recordó que quizás habría que seguir el modelo cooperativo, «que se muestra más sólido en épocas de crisis».

Administración pública vasca

El debate de finales del siglo pasado consiguió un acuerdo de esas características en la reducción de la jornada para repartir el tiempo de trabajo en el sector público. Fue en 1999, avalado a nivel sindical y político, entre otros, por la formación Euskal Herritarrok. Hoy esa conquista está en riesgo de caer, por la amenaza del Gobierno español del PP de elevar hasta las 37,5 horas el trabajo semanal a cada trabajador del sector público. El lehendakari Patxi López se encuentra en una encrucijada porque se puede «cargar», si no es valiente, un acuerdo amplio refrendado por el Parlamento de Gasteiz y por la mayoría sindical. Confebask nunca estuvo de acuerdo con esa decisión, porque interpelaba de forma directa al sector privado, tal como hace hoy en plena crisis económica.

Con el actual nivel de ocupación, más reducido que en 2008, la consecución de las 35 horas permitiría crear entre 53.000 puestos de trabajo directos en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, al reducir de 1.680 horas la jornada media anual a las 1.590 horas anuales, si se realizan 35 horas. Son cálculos prudentes y en plena crisis económica actual, a ésta cantidad se podrían añadir otros 11.000 puestos de trabajo con la eliminación del total de las horas extraordinarias. La patronal asumió a finales del siglo pasado esa decisión de eliminar el exceso de jornada laboral en un acuerdo en el marco del Consejo de Relaciones Laborales (CRL-LHK), pero lo incumplió. Llevó a la mayoría sindical vasca a convocar una huelga general en defensa de las 35 horas y del empleo, como método de conseguir el reparto del trabajo.

Con la aplicación de ambas medidas, se podrían generar en torno a 64.000 puestos de trabajo en Hego Euskal Herria, es decir se terminaría con un 34% del paro de forma directa. Estas medidas se podrían acompañar de otras, para añadir mayor reducción a esas largas listas de parados.

La Fundación Primero de Mayo, en colaboración con el Ministerio español de Empleo y Seguridad Social, analiza el «Tiempo de Trabajo» y confirma que la jornada media efectiva semanal se sitúa en las 37,4 horas en el Estado español en 2011. Es una reducción debido «a la destrucción de empleo» y «al incremento en un 5,6% del empleo a tiempo parcial», pero la realidad es que todavía el número medio de horas total solo ha bajado de 44 a 40,5 horas semanales.

Así, confirma que entre 2008 y 2011 «se muestra un ligero incremento de las horas anuales de trabajo. En el segundo trimestre de 2011, el Estado español «alcanza una jornada efectiva semanal de 37,4 horas, que se mantiene superior a la media europea». Advierte que durante ese período de crisis «diversos países han potenciado programas de trabajo compartido y, otros, han introducido nuevas materias como la formación a los trabajadores. Estos programas han fomentado -en último término- el mantenimiento del empleo y la capacidad productiva de las empresas, a la vez que han reducido la repercusión de la crisis en el mercado de trabajo, garantizando la cohesión social mediante una distribución más equitativa de la crisis. Únicamente en los países de la Europa continental se han potenciado estos programas, donde el Estado cubre una parte de los costes salariales del trabajador». En el Estado español, según el informe, el tiempo de trabajo se ha reducido, según la Labour Force Survey, pero «no ha tenido la misma repercusión, porque la reducción ha venido de la destrucción de empleos con jornadas medias y altas a tiempo completo.

Entre 2008 y 2011, «la jornada a tiempo completo bajó un 1,7%, paralelamente a una destrucción de 2,2 millones de puestos de trabajo con esa jornada». Por eso, con cierta lógica explica que «cabría preguntarse en qué medida el desarrollo de acciones de flexibilidad interna habrían conseguido contener esa pérdida de empleos».

Rechazo sindical

ELA, LAB, CCOO, UGT y otros sindicatos criticaron la propuesta de Confebask de elevar la jornada laboral, porque «sabe muy bien que un hipotético aumento de la jornada laboral, traería consigo también un aumento del paro, empeorando todavía más la situación crítica que vive la sociedad vasca».

Así, LAB señaló que, en estos momentos, «es más necesario que nunca repartir el trabajo reduciendo la jornada laboral, porque se trata de un instrumento para generar empleo y mejorar las condiciones laborales». Así, la central que lidera Ainhoa Etxaide remarcó que «en la actualidad, aún se genera riqueza suficiente y su reparto adecuado puede permitir la reducción de la jornada laboral y la generación de nuevos empleos». ELA rechazó la pretensión patronal y acusó de «actuar de manera egoísta y codiciosa ante esta crisis feroz que soportamos». CCOO y UGT también criticaron a Lujua por introducir ese elemento «dañino».

Casi dos millones de horas extras en plena crisis y de aumento del desempleo

El año pasado se cerró con 1,84 millones de horas extraordinarias oficiales en Hego Euskal Herria. Es el nivel más bajo de los últimos años, pero no deja de ser inapropiado en un momento donde la crisis económica deja a cerca de 200.000 personas en el paro y un 42% de las mismas no cuenta con prestaciones económicas.

Hay que tener en cuenta que por cada hora extraordinaria que se cotiza como tal, hay entre tres y cuatro más que no se cotizan. Por lo que estaríamos en realidad en un proceso de unas 5,2 millones de horas extraordinarias.

Los datos oficiales confirman que más de el 47,1% de los ocupados a tiempo completo -más del 80% del total- realizan jornadas laborales por encima de las 40 horas, que es el tiempo de trabajo oficial. J. BASTERRA

64.000 empleos

El reparto del tiempo de trabajo y la eliminación de las horas extraordinarias reales permitiría una generación de este número de empleos en el mercado.

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