Tras unos años en los que las finales han mirado irremediablemente a los cuadros delanteros, el Parejas parece recuperar su orden clásico y, sin desmerecer para nada a Xala y Titín III, que buscan su cuarta txapela y cazar así a Iñaxio Errandonea y Fernando Goñi en el palmarés, la gran cita de esta tarde en el Bizkaia de Bilbo parece mirar a los cuadros largos, donde Aritz Laskurain y David Merino pugnarán por dominar y poder estrenarse en profesionales.

Con la salvedad de Aimar Olaizola, el mejor pelotari del campeonato, este ha sido un Parejas de zagueros y pocos ponen en duda que en la final están los dos mejores de este torneo. Ambos han pegado, han mandado y han sujetado a su pareja en muchos partidos, de ahí que esta final sea la que parte con un pronóstico más incierto en mucho tiempo. De hecho, el dinero saldrá a la par, con solo un ligero toque azul, por eso de la demostración que hicieron en Gasteiz ante Olaizola II-Beroiz.

Además, da la sensación de que las dos parejas han ido a más en su juego desde que comenzó la competición hace ya cuatro meses, por lo que los pronósticos son complicados.

Xala, irregular pero regular. Xala, un asiduo de las finales en los últimos años -busca su cuarta txapela con el cuarto zaguero diferente- es quizá, el que menos ha brillado en estos meses del Parejas. «Ha aparecido en algunos momentos, pero no ha sido el mejor Xala. Ha tenido unos problemas físicos y no ha estado muy a gusto en el campeonato. Pero en semifinales ha estado muy trabajador, de golpe no está tan mal y contra Aimar, sobre todo en la segunda parte, estuvo valiente y acertado», apunta un Jokin Etxaniz que lo conoce muy bien.

Eterno Titín. El último verano ha sido el más flojo del de Tricio en mucho tiempo. Dicen sus allegados que decía le quedaba «un corte de pelo», pero ha vuelto a rejuvenecer y aspira a convertirse, a sus 43 años, en el pelotari más veterano que consigue una txapela en el Parejas. «Ha ido a más, le ha venido muy bien la preparación que había hecho para el Cuatro y Medio, que se le quedó corto, pero luego ha ido creciendo, sobre todo porque ha ido cogiendo mucha confianza en su zaguero, le deja jugar más y está más libre», desgranó su mentor Joaquín Plaza.

Además, formar con David Merino la primera pareja 100% riojana que aspira a la txapela ha sido un acicate. «Jugar con David le ha dado una motivación extra, luego tiene un zaguero que le cubre cancha, le da a la pelota, suman juego, se llevan bien, hablan las cosas y eso ha hecho que sumen su juego».

Laskurain, a la vencida. Aritz Laskurain, por su parte, quiere que la tercera sea la vencida y pueda calarse una txapela que, sin duda, se merece. «En cinco años es su tercera final y el año pasado se quedó fuera por muy pocos tantos. Lleva unos grandes campeonatos, en este ha sujetado la pareja en muchos momentos. Todos pueden merecer la txapela, pero desde luego, Aritz sí se la merece», apunta un Etxaniz que ha metido muchísimas horas en el frontón con él.

Veterano de 22 años. Con solo 22 años, David Merino es el debutante de esta final, a la que lleva pocos meses después de haber superado una complicadísima enfermedad, pero nada parece afectarle. «En cuanto al aspecto mental es fuerte, creo que va a afrontar el partido con garantías. Hasta ahora, todos los desafíos, incluso en aficionados, los ha afrontado muy bien. Lo veo muy centrado y sonriente. A partir de la elección, siempre se tienen unos gusanillos en el estómago pero también son buenos para salir con tensión», analizó Joaquín Plaza.