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Izaskun Resano, Francis Cruz, María Pereda, Laura Arnedo (*) | Educadoras y educadores de Escuelas Infantiles del Gobierno de Navarra

No a esta modificación del D.F 28/07

La modificación del D.F. 28/07 regulador del Primer Ciclo de Educación Infantil (0-3 años), invade los medios como sombra de pájaro de mal agüero que nos anuncian tiempos aún peores.

No es de extrañar, costó mucho crear un marco legal que regulara y velase los centros que imparten este ciclo, para prevenir que hubiera niños y niñas que pasasen largas horas, todos los días, en condiciones inadecuadas de iluminación, aireación, espacios... Pero también fue un Decreto decepcionante en materia del personal que en las escuelas trabaja. No da la cara en cuanto a la titulación exigida, no contempla los tan demandados refuerzos o figuras de apoyo, no es acorde en materia de ratios con las recomendaciones europeas... es decir, ¿avanzó? sin duda, pero olvidaba a un colectivo de trabajaderes mayoritariamente femenino, ya de por sí sobrecargado y precarizado.

La modificación, que en estos momentos está barajando el Gobierno de Navarra, no avanza en los aspectos que el actual Decreto desampara, si no al contrario, supone un grave retroceso. Desdice requisitos tan básicos como las aulas con luz natural o aseos accesibles y con, lógicamente, visibilidad del aula. Crea un marco ambiguo de excepciones dando pie al todo vale. Y lo peor, empeora sustancialmente las ratios.

El personal trabajador de las escuelas infantiles se ve perjudicado, como el resto, por bajadas de salarios, falta de personal por las no sustituciones, posible aumento de horas de trabajo... y ahora aumento del número de niños y niñas por aula. Este permite, en las escuelas en las que trabajamos en pareja educativa, que en un mismo espacio convivan durante 8 horas, 36 niños ávidos por explorar, experimentar, relacionarse... pero también 36 bocas que se expresan y demandan y 74 pies que corren, saltan, trepan... aportando al niño y niña imprescindibles experiencias para su desarrollo. Resumiendo 36 niños y niñas, deseando ser niños y niñas de verdad. Todo esto para dos educadoras con dos cabezas pensantes, dedicadas a 36 niños y niñas y sus familias, y cuatro manos para abrazar, consolar, reconfortar, sostener, acompañar, prevenir... Resumiendo, dos educadoras deseando ser educadoras de verdad.

Ya vale de abusar de esta manera, porque esto es un absoluto maltrato al colectivo, una irresponsabilidad gestora y un insulto a la dignidad profesional.

(*) Firman asimismo esta carta, Eider Ostiz, Isabel Erruz, Leticia Recalde, Mª Luisa Los Arcos, Carmen López, José Antonio Mendaza, Julia Aizpun y Nerea Larraza.

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