Familiares del preso Eneko Goieaskoetxea han denunciado los problemas cada vez mayores con los que se encuentran en las visitas que realizan a la cárcel de Belmarsh, en Inglaterra.

Según sus allegados, las visitas han variado sin previo aviso, y han pasado de prolongarse una hora y media a durar una hora. Añaden que los controles siguen siendo muy estrictos y que les obligan a comunicarse en inglés o ante un traductor, extremo que generó problemas en la visita del sábado.

Entre quienes acudieron a ver a Goieaskoetxea se encontraba el padre de su compañera, a quien, tras largos trámites, le habían concedido el permiso. No obstante, la visita no pudo llevarse a cabo porque no había traductor y tampoco una grabadora, una opción que a veces han permitido a la familia.

El preso fue trasladado al mitard después de que este protestara, aunque lo sacaron horas después. La visita al final pudo realizarse al día siguiente, pero los familiares denuncian que volvieron a tener muchas dificultades.

También el sábado, cuando Goieaskoetxea llamó a sus padres con motivo de su propio cumpleaños, les cortaron la comunicación porque el traductor no entendió palabras como «zorionak».