Legazpi
La Santikutz Klasika vuelve a hablar catalán con Prades
El líder de la Copa de España marca la diferencia en Deskarga, bate a Rybalkin y vence por segunda vez.
Unai IRARAGORRI
Eduard Prades (Mopesa) ganó a lo grande la Klasika Santikutz en Legazpi y alzó los brazos por segundo año consecutivo con el maillot amarillo de líder de la Copa de España. El ciclista catalán superó la resistencia de Alexey Rybalkin. Adrián Alvarado cerró el podio e Ibai Salas, noveno en la carrera, fue el mejor vasco en la línea de llegada.
El tiempo sonrió esta vez al pelotón y el sol acompañó a los corredores a lo largo de un recorrido suavizado acertadamente, de 141 kilómetros y siete altos puntuables. El último, Deskarga, decidió la carrera después de varias alternativas en cabeza, con especial protagonismo de Bidelan, Lizarte, Azysa, Naturgas, Caja Rural y Andalucía.
Cinco corredores, Prades, Terpstra (Azysa) -primero y segundo en la Copa de España-, Alvarado (Extremadura), Rybalkin (Lokosphinx) y Pedrero (Lizarte), fueron los más fuertes en las primeras rampas de Deskarga, a seis kilómetros de la línea de meta, hasta que el catalán y el ruso marcaron la diferencia.
En el descenso, Prades trató de dejar atrás a Rybalkin, que puntuó primero todos los altos anteriores, aunque finalmente se jugaron la victoria en la línea de meta en la que el corredor del Mopesa se impuso por segundo año consecutivo y certificó su triunfo final en la Copa de España élite y sub 23.
Dos escapadas animaron la prueba, un grupo de 15 corredores, primero, hasta el kilómetro 50, antes de la montaña, y otro de 11 que se seleccionó tras los pasos de Aztiria, Liernia y Eizaga y que murió a falta de 20 kilómetros de la línea de llegada.
La subida final se afrontó en grupo, con el Azysa al frente. Sin embargo, Prades se mostró intratable y solo Rybalkin le discutió su segunda victoria seguida en la Santikutz Klasika.
Aztiria y Liernia, ambos dos veces, Eizaga y Atagoiti seleccionaron la carrera, aunque fue Deskarga, a solo seis kilómetros de la llegada, el alto que decidió la carrera y en la que Prades y Rybalkin se escaparon.