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primero de mayo | Madrid

CCOO y UGT recuerdan a Mariano Rajoy que el ultimátum acabó ayer

 Tras la huelga general del 29M, CCOO y UGT marcaron el Primero de Mayo como fecha límite para que Rajoy retirase la reforma laboral o se sentase a negociar. Ahora, prometen más movilizaciones sin concretar.

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Alberto PRADILLA

Apenas ha transcurrido un mes desde que Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez (secretarios generales de CCOO y UGT, respectivamente), dieron un ultimátum al Gobierno español para sentarse a la mesa y negociar la reforma laboral. El plazo se cumplía ayer, 1 de mayo, y en las sedes de ambas centrales siguen esperando la llamada de Moncloa. Así que el mensaje lanzado tras la marcha que congregó a miles de personas no podía ser otro que el «seguiremos en la calle». Claro que tampoco ofrecieron más detalles sobre la próxima movilización. Algo que contrasta con el calendario ya predeterminado del Ejecutivo, que cada viernes anuncia nuevos hachazos.

«Ahora es momento de otra huelga general», sentencia José, un fresador de 50 años que, a pesar de tener carné de CCOO, asegura no compartir siempre la visión de sus máximos responsables. «Ellos están todavía con la idea de negociar, pero yo me pregunto, ¿de qué tenemos que hablar?», se lamenta, contrariado, tras comprobar que la fecha límite lanzada por los dirigentes sindicales ha pasado sin ninguna medida concreta.

La marcha principal, que partió de Neptuno y terminó en Sol, discurrió entre consignas contra Mariano Rajoy y, especialmente, contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. La «lideresa» inauguraba ayer mismo un nuevo sablazo a los bolsillos de los madrileños con el «tarifazo» del metro. Sin embargo, el debate sobre la gran cuestión, el «y ahora qué», presidía buena parte de las conversaciones.

«Es necesaria otra huelga»

«Claro que es necesaria otra huelga general. Pero no sé si la gente está preparada. Por una parte, los que trabajan tienen mucho miedo. Por otra, los que no tenemos trabajo, ¿cómo vamos a hacer huelga?», señalaba María, extrabajadora de los servicios sociales que recientemente había perdido su empleo. Si algo se repetía en la marcha era la necesidad de «mantenerse en la calle».

La movilización recibió la adhesión del PSOE, aunque su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, todavía no se ha colocado tras la pancarta.

Pero no fue esta la única marcha que tuvo lugar en la capital del Estado español. A la misma hora, la CGT, junto con diversas plataformas alternativas, recorría también las principales calles congregando a varios miles de personas. Allí, al contrario que en la otra marcha, fueron insistentes los gritos que instaban a convocar una nueva huelga general en el Estado español.

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