El fallo se volverá contra sus promotores
Nada más conocerse la sentencia del Tribunal Supremo en el llamado «caso Bateragune», medios y agencias corrieron a destacar la reducción de la pena impuesta a Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y Arkaitz Rodríguez, cuando la noticia es que se haya mantenido la condena contra estos cinco militantes independentistas por su trabajo político. Sin embargo, esa respuesta es un síntoma de lo impresentable que resulta la decisión judicial.
Porque el fallo es no ya incomprensible jurídicamente, sino que a estas alturas también lo es políticamente, y cualquier explicación que se le quiera dar desde esta óptica termina volviéndose en contra del PP. Así, si lo han hecho para frenar el proceso, es lo mismo que llevan intentando desde que los detuvieron hace casi tres años, con el resultado conocido. Y si han pretendido restar peso a la figura de Arnaldo Otegi, tendrán que echar un vistazo a la historia y comprobar que pasar por la cárcel solo engrandeció la figura de Nelson Mandela, Fidel Castro, Gerry Adams y otros líderes políticos. Por otra parte, si en el ánimo de la condena está alimentar la dialéctica de vencedores y vencidos, sus autores deberían mirar a los resultados electorales en la sociedad vasca y no a las falsas proyecciones mediáticas, ya que su estrategia solo está fortaleciendo la apuesta abertzale y de izquierdas. Finalmente, si los jueces y políticos del Estado español mantienen esta actitud por pura venganza, también pinchan en hueso: la izquierda abertzale está muy curtida en la resistencia, y más cuando lleva la iniciativa y aspira a vencer.
Probablemente hay algo de todo esto detrás de la sentencia, aderezado con la incapacidad de los poderes del Estado para entrar de forma racional en el nuevo escenario. Pero precisamente por todo lo apuntado, queda claro que la decisión tendrá un efecto bumerán contra sus promotores. Y por ello hay que mantener la sonrisa, porque este pueblo va a terminar ganando.