Israel conforma un Gobierno de unidad nacional con Irán en el punto de mira
GARA | TEL AVIV
La decisión del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de meter al opositor Kadima en el Gobierno responde, en primer lugar, a consideraciones de política interior, pero podría aumentar su margen de maniobra en un eventual ataque a Irán.
Netanyahu y el líder de la oposición, Shaul Mofaz, firmaron un pacto de unidad nacional que evita un adelanto electoral y coloca al primer ministro al frente de una de las coaliciones más amplias de la historia de Israel.
Según los analistas, el inesperado anuncio obedece sobre todo a las dificultades de Netanyahu en el seno de su partido, el Likud. Enfrentado a una revuelta del ala más ultraderechista, prefirió un reajuste político a una confrontación con el lobby de los colonos que le reprochan haber traicionado «los valores tradicionales» de Likud y le acusan de falta de firmeza en la colonización.
Visita de Ashton
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, llegó ayer a Israel para poner al corriente a Tel Aviv sobre las negociaciones nucleares con Irán. Ashton se reunió con Netanyahu, que ha insistido en que «no descarta ninguna opción», incluida la militar, para poner freno a sus ambiciones nucleares.