EL ESTADO MANTIENE LA CONDENA EN EL «CASO BATERAGUNE»
Arnaldo, lehendakari
Iñaki IRIONDO
Muchas de las reacciones suscitadas por la sentencia del Tribunal Supremo que mantiene en prisión a Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Sonia Jacinto, Miren Zabaleta y Arkaitz Rodríguez hicieron hincapié en que Arnaldo no podrá presentarse como candidato a lehendakari en las próximas elecciones autonómicas. De hecho, antes tampoco podía, porque estaba inhabilitado, aunque ahí cabía buscar otros resquicios sobre los que, visto lo visto, ya no merece la pena divagar. Como siempre, el más dicharachero fue el nuevo rey del pop, Antonio Basagoiti, quien, además de asegurar que si ha sido condenado es «porque se lo merece», afirmó que «es evidente» que Otegi no podrá presentarse porque, aunque López no adelante las elecciones, «no creo que las vaya a convocar dentro de seis años». Cada cual tiene el sentido del humor y el buen gusto que se merece.
Pero yerra Basagoiti y yerran todos cuantos crean que esta condena de cárcel les libra de competir con el líder del independentismo en las próximas elecciones autonómicas. Arnaldo Otegi será el candidato a lehendakari del abertzalismo de izquierdas.
Ahora cualquier candidato es Arnaldo Otegi. Todos son Arnaldo... y Rafa y Sonia y Miren y Arkaitz. Cinco políticos presos por haber puesto los cimientos del cambio estratégico de la izquierda abertzale. Cinco presos políticos por haber generado las condiciones para el mayor vuelco del escenario político vasco conocido en las últimas décadas. El Tribunal Supremo ratifica que son culpables de haber contribuido a la acumulación de fuerzas del independentismo. Si eso es un motivo, el masivo respaldo electoral obtenido por Bildu hace un año, el conseguido por Amaiur en noviembre y el que se le augura a la coalición para cuando Patxi López tenga a bien acabar con la actual agonía de la CAV, quizá sean considerados como un agravante.
En las próximas elecciones, Arnaldo Otegi será la imagen de que no todas las opciones políticas podrán todavía competir en igualdad de condiciones, ni siquiera aunque se legalice Sortu. Si llenan los espacios electorales con su foto, será la expresión del coste que tiene militar en el independentismo, y a ver quién dice aquello de que todos los políticos son iguales.
Claro que para ganar unas elecciones hace falta algo más que movilizar sentimientos, sobre todo en una situación de grave crisis económica. Para eso están los equipos y los expertos, y el independentismo de izquierda será capaz de presentar también su oferta en ese terreno. Pero el problema del candidato a lehendakari le ha quedado resuelto. Desde una prisión española: Arnaldo Otegi.