Ultimátum de Bruselas y el BCE a Grecia para que ceda a los recortes
Las presiones sobre Grecia aumentan ante la clara negativa a continuar con los recortes que mostró el resultado electoral del domingo. Los organismos que han impuesto el dacroniano plan de ajustes, UE, BCE y FMI, pero también Alemania, amenazan con un Ultimátum en el que no dejan siquiera la oportunidad de negociar el plan de rescate. O se acepta todo como está pactado o Grecia no recibirá el próximo préstamo y deberá salir del euro.
GARA | ATENAS
«Grecia debe tener claro que no hay alternativa al acordado programa de saneamiento si desea continuar siendo miembro de la Eurozona», afirmó el integrante alemán del directorio del Banco Central Europeo (BCE), Jörg Asmussen, en declaraciones que publicó el rotativo «Handelsblatt». Ante las difíciles negociaciones para la formación del nuevo Gobierno y los planteamientos antieuropeos de algunas formaciones, Asmussen lanzó una amenaza a Atenas al advertir de que si el nuevo Ejecutivo abandona el curso de ahorro iniciado se suspenderán de inmediato los pagos del segundo rescate por valor de 130.000 millones de euros.
«Esta en sus manos decidir si quieren permanecer en la Unión Monetaria», añadió Asmussen, responsable de las relaciones exteriores del BCE.
El diario económico alemán comenta además que los restantes socios de la Unión Monetaria se plantean ya la alternativa de excluir a Grecia del euro ante la paralización política de este país como consecuencia de los resultados de las elecciones legislativas.
Alemania abre la puerta
Asimismo citó círculos gubernamentales alemanes en los que existe «gran preocupación» por la situación en Grecia y no descartan el escenario de que este país acabe finalmente abandonando el euro.
En declaraciones al mismo rotativo economistas como el profesor Clemens Fuest, de la Universidad de Oxford, señalan que «la crisis de Gobierno en Grecia puede conducir a que el país abandone la zona del euro» y que «Europa no puede permitirse una alimentación permanente de los griegos».
La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que «siempre he querido solucionar la crisis de tal manera que Grecia continúe siendo miembro de la zona euro. Nada ha cambiado a este respecto», pero exigió a Atenas que cumpla con el plan de ahorro al que se ha comprometido frente a la troika formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). «Continúa vigente que los acuerdos con la troika y los objetivos de reforma deben cumplirse. Sólo así nos podemos imaginar el regreso de Grecia a la estabilidad y a la fortaleza económica».
El propio ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, se sumó a las presiones y abrió la puerta a la salida de Grecia del euro, un tema que hasta ahora era tabú. Schauble pidió la formación de un «Gobierno fuerte» que aplique el plan de ajuste y dejó claro que Atenas sólo puede seguir en la eurozona «si cumple sus compromisos». «Si los griegos no quieren quedarse en la eurozona, no podemos obligarlos», afirmó durante una entrevista a la cadena alemana WDR. Y pese a las propuestas de renegociar lo pactado, como habían planteado las fuerzas que lo suscribieron -Nueva Democracia y Pasok- insistió en que «no hay plan B» y que se trata de «una decisión de Grecia«. «No se puede tener una cosa (la pertenencia al euro) sin la otra (el plan de ajuste)», agregó.
En este sentido, recordó las presiones que ya recibió el ex primer ministro heleno, Yorgos Papandreu cuando intentó someter a referéndum los recortes. En aquella ocasión, ante el evidente rechazo popular, los líderes europeos le advirtieron de que debía dejar claro a los griegos que decidían si se quedaban en el euro o salían.
Schauble calificó la situación como «preocupante» ya desde antes de las elecciones del fin de semana, que dejaron en minoría a los partidos que apoyan el rescate, y aseguró que «los griegos están sufriendo» por las malas políticas de los Gobiernos helenos de los últimos años.
No obstante, insistió en que «no hay mejor manera» de garantizar que Atenas se quede en el euro que aplicar los recortes exigidos.
En la misma línea, el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, afirmó en el Parlamento Europeo, que «queremos que Grecia siga en la zona euro, pero está en manos de Grecia».
Desde el SPD, el presidente del partido, Sigmar Gabriel, en una entrevista publicada en el semanario «Die Zeit», calificó la política de la Angela Merkel de «imposición carente de imaginación económica» que ha hecho que «los partidos de extrema derecha y los enemigos de Europa, estén entrando en el parlamento».
Barroso: «Sería muy negativo»
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso, eludiendo comentar el resultado electoral, afirmó que «Grecia tiene que respetar este acuerdo al igual que el resto de Estados miembros. Es una cuestión de credibilidad. Si este no se respeta sería muy negativo para Grecia», advirtió.
«Algunas reformas son dolorosas y llevan tiempo y hay que hacer algunos sacrificios. Pero la alternativa es mucho peor para los ciudadanos griegos, especialmente para los más vulnerables», insistió.
Desde la propia Grecia se agita el fantasma de la salida del euro. El consejero económico del Gobierno saliente de Lucas Papademos, Ghikas Harduvelis, advirtió de que «si decimos no a todo, salimos de la eurozona».
A su juicio existe un margen de renegociación sobre el contenido de las medidas que deben adoptarse hasta 2015, «pero no hay que pensar que todo ha cambiado de golpe en Europa porque el pueblo aquí haya gritado no», añadió el ex banquero griego. «Hemos visto las reacciones de dirigentes europeos, lo único que dicen es que Grecia se dirige a la salida del euro», insistió, pidiendo a los griegos que «entren en la lógica de sus socios porque son ellos quienes dan el dinero».
Rechazó que Grecia pueda renunciar a los préstamos europeos, porque «no tenemos con qué pagar salarios y pensiones». Asimismo cuestionó si Atenas recibirá esta semana el tramo de préstamo previsto. «Hay dudas sobre el pago o no esta semana», afirmó Hadruvelis. Si el país va a desviarse de las medidas impuestas por el BCE y el FMI, «¿para qué darnos el dinero?» se cuestionó.
La prueba será el próximo martes, cuando Grecia deba desembolsar 450 millones de euros de obligaciones que sus titulares se negaron a incluir en la reestructuración de la deuda acometida en marzo.
Pese a las contundentes respuestas desde Alemania y Bruselas, los propios partidos que suscribieron el memorándum, Nueva Democracia y Pasok, creen que aun hay margen para renegociar.
Antonis Samaras, líder de ND, opinó «totalmente realista, una negociación de los acuerdos para hacer respirar la economía y aliviar a la sociedad». El socialdemócrata Evangelos Venizelos opinó que respetar el resultado electoral supone «buscar la mejor modificación posible de los términos del programa de austeridad para ayudar al desarrollo y proteger el nivel de vida de los ciudadanos».
Por su parte, el líder de la Coalición de Izquierdas Syriza, Alexis Tsipras, ha debido poner más nerviosos aún a los acreedores públicos de Grecia -FMI, Comisión Europea y BCE-, a quienes envió una carta explicando que el veredicto popular de las elecciones del domingo deja caducos los compromisos firmados por los anteriores dirigentes.
Alexis Tsipras, dirigente de la Coalición de Izquierda Radical Syriza, renunció a formar gobierno en Grecia. «No podemos realizar nuestro sueño de un gobierno de izquierdas. Mañana (por hoy) voy a devolver el mandato al presidente de la República y vamos a seguir participando en los procedimientos previstos en la Constitución», afirmó. Tsipras se reunió con Griegos Independientes, Nueva Democracia, Dimar y Pasok, pero tampoco logró el apoyo para crear un gobierno opuesto al memorándum de austeridad. El líder del Pasok, Evangelos Venizelos, se encargará hoy de intentar formar un Ejecutivo, como líder de la tercera fuerza más votada. Tanto Venizelos como el líder de ND, Antonis Samaras, propusieron apoyar un gobierno de minoría para negociar cambios del memorándum. Pero ND mueve a la vez sus peones de cara a una eventual repetición de las elecciones. Según la pagina web In.gr, Samaras está trabajando en reunificar la derecha y ha pedido a Griegos Independientes, los ultraderechistas de Laos, los centristas de Drasi y los liberales de Alianza Democrática que se reunifiquen con ND. GARA
Alexis Tsipras, el líder de la izquierda radical griega Syriza, encargado de formar un gobierno de coalición desde el martes, ha solicitado una reunión con el presidente francés electo, François Hollande. Tsipras se trasladará a París para encontrarse con el líder de la izquierda francesa, Jean-Luc Melenchon.
El presidente francés en funciones, Nicolas Sarkozy, presidió ayer el último Consejo de Ministros antes de ceder el testigo a François Hollande, en el que el primer ministro, François Fillon, hizo balance del «quinquenio más reformista», en el que aseguró haber cumplido el principal compromiso del presidente, que era «poner a Francia en movimiento».
«Me gustaría ver una Grecia en el euro y haciendo reformas», afirmó el presidente español, Mariano Rajoy. «Me gustaría que se aplicaran las políticas que yo quiero que se apliquen en mi país», añadió Rajoy.
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, aseguró ayer que «no habrá renegociación del pacto de disciplina presupuestaria firmado por 25 países de la Unión Europea», contrariamente al deseo del presidente electo francés, François Hollande. Interrogado sobre la cuestión en el Parlamento Europeo se limitó a responder con un lacónico «no». Igualmente, el presidente de la Cámara, Martin Schulz, dio la misma respuesta. Ambos se mostraron dispuestos a poner en marcha otro pacto que no hable solo de disciplina presupuestaria o un «contrato político», pero sin precisar en qué consistiría limitándose a indicar que no estaría financiado por nuevas deudas o por la inflación. Hollande quiere renegociar el Pacto de presupuestario o al menos completarlo con medidas que impulsen el crecimiento económico. Ya se ha encontrado con el no rotundo de la canciller alemana, Angela Merkel. Ayer, un miembro del directorio del BCE, Jorg Asmussen, también afirmó que el pacto debe aplicarse «tal cual».
Pero Hollande insistirá ante Merkel en un encuentro el próximo 16 de mayo, al día siguiente de su toma de posesión, y ante los dirigentes europeos el próximo 23 de mayo.
El presidente electo ya abordó sus propuestas con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. «François Hollande ha mostrado la necesidad de establecer una estrategia, una agenda de crecimiento. Parece que hay un consenso cada vez mayor para lograrlo, aunque todavía las vías son diferentes», indicó su portavoz, Pierre Moscovici. Hoy Hollande seguirá con su campaña en un encuentro con el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, para dialogar sobre la situación del euro, el pacto de disciplina fiscal y «las posibles medidas para relanzar el crecimiento». Juncker aseguró el martes ante el Parlamento luxemburgués que compartía las ideas de Hollande, pero se negó a una renegociación del pacto fiscal. Por su parte, el portavoz del grupo del PS en el Parlamento francés, Jean Marc Ayrault, que podría ser el primer ministro en el Gobierno de Hollande, explicó en la Asamblea que pedirán a Juncker que Europa debe dejar de centrarse en la austeridad «que lleva al estancamiento». GARA