El consejo de administración de Bankia, el gigante fruto de la unión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco entidades, acordó por unanimidad a mediodía de ayer nombrar como presidente ejecutivo de la entidad a José Ignacio Goirigolzarri Tellaeche, que sustituye en el cargo a Rodrigo Rato, quien dimitía el martes ante el plan de saneamiento de la entidad que ultima el Gobierno español. El nombramiento del nuevo presidente de Bankia se produjo por cooptación entre los consejeros de la entidad y deberá ser refrendado por la junta general de accionistas de la entidad, que aún no ha sido convocada formalmente.

Por la tarde, se celebró el consejo de la matriz, Banco Financiero y de Ahorro (BFA), en el que el nuevo presidente explicó que pedirá que el préstamo que se pidió al Estado en el año 2010, de 4.465 millones de euros, se convierta en acciones, es decir, la nacionalización de BFA.

Y al anochecer, el Ministerio de Economía anunció la nacionalización y desveló que esa será la fórmula para materializar la operación. El departamento que dirige Luis de Guindos sustentó la medida en que «se cree improbable, a la vista de la situación de la entidad y de su grupo», que pueda devolver en cinco años el dinero recibido.

Tras asegurar que se trata de «un primer paso necesario para garantizar la solvencia y tranquilidad de los depositantes y disipar las dudas de los mercados», Economía indicó que, a partir de ahora, los gestores de Bankia tendrán que presentar al Banco de España su plan de reestructuración y viabilidad.

Para la ejecución de ese plan, el Estado aportará el capital «estrictamente necesario», según el comunicado dado a conocer anoche por Economía.

Accionista de Iberdrola

Bankia cuenta con más de 10 millones de clientes y unos 400.000 accionistas, que han visto cómo en los últimos tres días el valor de la entidad en Bolsa ha caído casi un 13%. Como además de accionista de Bankia, BFA lo es de otras compañías, como Iberdrola, Mapfre o Indra, el Estado pasará a tener también participaciones en todas estas compañías.

Los consejos de ambas entidades estaban previstos para mañana, pero se adelantaron para acelerar el plan de saneamiento.

La dimisión de Rodrigo Rato se precipitó ante las diferencias surgidas con el Ministerio de Economía, dirigido por Luis De Guindos, con el que Bankia negociaba un plan de saneamiento para aliviar su elevada exposición al sector inmobiliario, con activos problemáticos vinculados al ladrillo que suman 31.800 millones de euros.

Su inesperada salida responde a la solicitud del Ejecutivo de Rajoy, después de que el FMI pidiera cambios en la gestión de la cotizada, aunque sin citarla expresamente, y de que el BCE urgiera al Estado a culminar la reestructuración financiera.

La elección de Goirigolzarri también ha procedido del departamento de De Guindos, que considera al que fuera consejero delegado de BBVA hasta 2009 como una «apuesta segura» para pilotar el futuro de una entidad de gran tamaño en un difícil entorno económico.

Nacido en Bilbo en 1954, fue nombrado director general de BBVA y responsable de Banca Minorista en abril de 2001 y en diciembre fue designado consejero delegado del banco, puesto que ocupó hasta 2009.

En la actualidad es consejero de la Asociación para el Progreso de la Dirección, patrono de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) y vicepresidente de Deusto Business School.