Los fantasmas se trasladan desde Los Ángeles a la Costa Este
Tras sobrecoger a los telespectadores durante la primera temporada, «American Horror Story» regresará a nuestros domicilios una segunda temporada más. En esta oportunidad, los fantasmas abandonarán Los Ángeles para instalarse en una inquietante institución mental.
Koldo LANDALUZE | DONOSTIA
En los Estados Unidos la audiencia ha dictado sentencia y la teleserie «American Horror Story» -se emitía en abierto en Cuatro- contará con una segunda temporada. El creador de esta inquietante y excesiva propuesta en la que confluyen la inquietud, el suspense y los instintos carnales -Ryan Murphy-, ha declarado que la segunda temporada dejará a un lado la escenografía de la mansión angelina y se trasladará a la Costa Este, en concreto a una lúgubre institución para criminales con graves trastornos sicológicos que será gobernada con mano férrea por Jessica Lange.
Tal y como ya se nos advirtió en una de las entregas de la primera temporada -un episodio en el que el personaje encarnado por Sarah Paulson (La médium Billie Dean) afirmaba que en las instituciones mentales y las cárceles se concentraba una fuerte carga de energía diabólica-, la segunda temporada de «American Horror Story» perseverará en su intención por explorar los infiernos ocultos de los protagonistas. «Es un mundo completamente diferente -ha afirmado Murphy- y no tiene nada que ver con la primera entrega, ni siquiera hay una sola mención a lo que ocurrió en ella. Además, las tramas se desarrollan en un periodo de tiempo completamente diferente. Por ese motivo, algunos de los personajes centrales de la primera temporada volverán a aparecer en esta segunda pero en roles completamente diferentes. Además de Jessica Lange y Zachary Quinto, el reparto incluirá nuevos personajes que serán interpretados por el cantante Adam Levine y Lizzie Bocheré.
En un intento por repetir el mismo éxito que cosechó con su atípica visión de lo sobrenatural, Ryan Murphy ha señalado que no incluirá excesivas novedades en su tratamiento y se limitará a subrayar los pasajes más angustiosos y amplificar la inquietud que emana de los pasillos de la fantasmagórica institución mental.