SEGUNDA B Empate en El Malecón
El fracaso albiazul culmina con una triste puntilla
El Alavés no disputará el play-off, tras sumar su cuarto empate consecutivo. El equipo acaba en la sexta plaza, con lo que ni siquiera disputará la Copa.
GIMNÁSTICA 1
ALAVÉS 1
GARA | TORRELAVEGA
La renovación institucional y deportiva a la que se sometió el Alavés en verano no ha tenido resultado. El equipo albiazul vuelve a fracasar en su intento de regresar a Segunda A. Fracaso rotundo en este caso, ya que ni siquiera tendrá la posibilidad de disputar el play-off.
Por deméritos propios, no cabe hablar de atenuantes en una temporada de 38 jornadas que premia la regularidad. Los gasteiztarras, a quienes tampoco impulsó el relevo en el banquillo, apenas han pisado zona de play-off a lo largo de estos nueve meses. La imagen que han ofrecido tampoco ha contribuído al optimismo. Por no hablar de los partidos marcados en rojo, en los que en rara ocasión ha respondido a las expectativas.
El de ayer supone el último ejemplo. Es cierto que el Alavés, con el Amorebieta por delante, no lo tenía fácil. Pero ni siquiera cumplió su parte y volvió de Torrelavega con un solo punto. El castigo fue doble. No solo no pudo disputar la cuarta plaza a los vizcainos, sino que se vio relegado a la sexta. O lo que es lo mismo, ni siquiera consiguió el billete para la Copa de la próxima temporada.
Y eso que la tarde empezó bien. Con dominio de los albiazules que, si bien no crearon excesivo peligro, sí tuvieron el acierto de materializarlo a la media hora. Lo hizo Meza Colli al volear un balón que se coló por toda la escuadra. La ventaja pudo crecer poco después, pero el colegiado anuló un gol de Geni por falta. Aunque después equilibró el reparto de errores, al comerse un más que posible penalti sobre Javi, en unos minutos previos al descanso en los que la Gimnástica, necesitadísima de puntos para eludir la promoción de descenso, achuchó a su oponente, aunque fuera a base de acciones de estrategia. Siguió así en la reanudación y pronto obtuvo premio.
Fue entonces el Alavés el que se lanzó a por todas. Pero abusó del fútbol directo, que no le dio resultado, mientras los cántabros amenazaban a la contra con ocasiones más claras que las del cuadro albiazul.
Solo en la recta final quedó ya el partido completamente en manos del cuadro gasteiztarra, que metió más madera sobre el césped, en busca del gol de la victoria y a la espera de un traspié del Amorebieta en el derbi de Arlonagusia. Pero no sucedió ni lo uno ni lo otro, con lo que la alegría final corrió exclusivamente del lado cántabro.