OSASUNA 1

REAL UNIÓN 1

Se repartieron los puntos y comieron perdices. Osasuna y Real Unión seguirán una temporada más en Segunda B tras un encuentro con más tensión que ocasiones y en el que, por momentos, el interés estuvo más centrado en las noticias que llegaban a través de los transistores, que fueron tranquilizando a ambos contendientes conforme fue avanzando la tarde.

Los jugadores de ambos equipos dejaron bien claro desde el principio que su principal objetivo del día pasaba por no encajar goles. Maniatados en el corsé táctico impuesto por ambos entrenadores, los primeros minutos del encuentro transcurrieron planos, con predominio evidente del centrocampismo y contadas -por no decir ninguna- ocasiones de peligro en las áreas. Un panorama que no varió con el transcurso de los minutos. Solo la tensión clasificatoria evitó que se llegara al descanso entre bostezos.

Pese a todo, el panorama cambió ligeramente en la reanudación. Aunque solo fuera porque el filial rojillo se adelantara en el marcador, al empalmar Eslava un chutazo lejano que se coló por toda la escuadra. Fueron momentos tensos para los visitantes, a quienes les tocaba tirar de calculadora. Afortunadamente para el cuadro unionista, la solución llegó rápido, con el penalti convertido por Romo en el empate, y la expulsión, por doble amarilla, de Moisés.

Todo se movió para que no cambiase nada, porque ahora sí que se cerró el encuentro definitivamente, con ambos equipos dedicados exclusivamente a alejar la pelota cuando se acercaba, siempre tímidamente, a las inmediaciones de su portería. Los banquillos transmitieron las buenas noticias y todos acabaron felices y contentos.