Desde que Javier Bardem visitara por primera vez el festival de cine Fisahara, no ha dejado de hacer campaña a favor del derecho soberanista del pueblo saharaui, llegando a intervenir en la ONU. Alrededor de dicha intervención se centra el análisis que este documental, dirigido por el hasta ahora productor Ávaro Longoria, hace de la total falta de implicación internacional en el problema. La resolución que la ONU tomara en su día sobre la posibilidad de un referéndum en el Sáhara nunca se ha llevado a efecto, agravando la situación en los campos de refugiados. La población vive desplazada desde que en 1975 el Estado español se retirara de su antigua colonia, dejándola a mercede de las autoridades marroquíes.

Son demasiados años ya sin que medie una voluntad de solución a un conflicto que se alarga de manera injustificable. Bardem, al igual que otras figuras influyentes del mundo de la cultura, considera que la Primavera Árabe ha servido para dar un toque de atención sobre aquellas sociedades que viven bajo regímenes autoritarios. Por eso que utilizó la plataforma de la Berlinale para reclamar una mayor atención en torno al Sáhara, con tal de recabar apoyos desde el exterior de cara a que sus aspiraciones soberanistas sean atendidas.