El Gobierno francés se estrena con llamamientos a reorientar Europa
Los principales ministros del nuevo Gobierno francés apelaron, al tomar sus cargos, a una reorientación de Europa hacia las políticas de crecimiento y el empleo. En el mismo sentido, el nuevo titular de Economía y Finanzas, Pierre Moscovici, confirmó que París no ratificará el pacto presupuestario europeo si no incluye medidas de impulso al crecimiento económico. Los ministros firmaron un código deontológico con el que se comprometen a ser «ejemplares».
GARA | PARÍS
«Somos conscientes de que no podemos hacer nada solos. Necesitamos trabajar con nuestros socios, comenzando por Alemania, pero debemos hacerlo también con pleno respeto a las instituciones europeas», declaró Pierre Moscovici, el nuevo ministro francés de Economía y Finanzas. al tomar posesión de su cargo.
«La crisis griega está ahí, hay que reforzar la eurozona, hay que reorientar la construcción europea », continuó el ex director de campaña de François Hollande, quien se presentó como un «europeo convencido». «Esta dimensión estará en el centro de mi acción en el Ministerio», añadió. El ministro transmitió así las posiciones que durante meses ha venido expresando Hollande.
Pierre Moscovici confirmó que el Estado francés no ratificará el tratado europeo de disciplina presupuestaria firmado por Sarkozy si no se añade un componente de crecimiento. «Lo hemos dicho claramente., el tratado no será ratificado en estas condiciones y habrá que completarlo con una estrategia de crecimiento», afirmó.
Pero el nuevo Gobierno francés quiso también subrayar su «seriedad presupuestaria». «La deuda pública es una enemigo para Francia» dijo Moscovici, subrayando que la tarea del Gobierno será reducir los déficits. Hollande se ha comprometido a reducir el déficit público al 3% del PIB en 2013 y a conseguir el equilibrio en 2017.
Fabius: «una Europa diferente»
El tono fue similar en el Quai d'Orsay, donde el ex primer ministro Laurent Fabius tomaba sus nuevas funciones de jefe de la diplomacia francesa, sustituyendo a Alain Juppé.
«Soy profundamente europeo, pero necesitamos una Europa diferente, una Europa que se vuelva más hacia el empleo. Es extremadamente difícil, pero con uno de mis ministros delegados, Bernard Cazeneuve (Asuntos Europeos), vamos a trabajar muy fuerte en ese sentido», dijo Fabius.
Laurent Fabius y Bernard Cazeneuve pidieron el no en el referéndum sobre el proyecto de Constitución europea, que finalmente fue rechazado por los franceses, en contraste con François Hollande, que fue favorable al sí. Fabius no lo vio como un problema, ya que fue la opción ganadora y con posterioridad, junto a Hollande, «hemos hecho el camino juntos».
Durante toda la mañana los ministros fueron tomando posesión de sus cargos con el lema de la reorientación europea. Por otro lado, en el primer consejo de ministros, el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, les hizo firmar una «carta de deontología» de cinco puntos por la que se comprometen a ser «ejemplares» en el ejercicio de sus funciones, lo que pasa, entre otros aspectos, por no compatibilizar sus puestos actuales con otros cargos como los de alcaldes o presidentes regionales o no incurrir en conflictos de intereses.
François Hollande y los miembros del nuevo Gobierno aprobaron la reducción del 30% en sus respectivos sueldos, como habían prometido durante la campaña. El salario bruto de los 34 responsables departamentales pasará de 14.200 euros al mes a 9.940, mientras que los sueldos del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, y del propio Hollande pasarán de 21.300 a 14.910 euros.
Los ministros firmaron un código deontológico de cinco puntos con el que pretenden ser ejemplares en su actuación ante la sociedad francesa.
Después de sus primeros pasos en Berlín con Angela Merkel, François Hollande ha puesto rumbo al oeste, para sumergirse en la política internacional, con una visita a la Casa Blanca, la cumbre del G8 en Camp David y la de la OTAN en Chicago. Pocas veces tiene un jefe de Estado un bautismo de fuego tan rápido. Apenas recién formado su gobierno, Hollande volvió a tomar un avión para viajar a Estados Unidos. Antes de encontrarse con los grandes países industrializados, el presidente francés tratará de establecer una buena relación con Barack Obama, en una «venganza» de quien ha sido un candidato mirado por encima del hombro por los líderes mundiales que, más o menos abiertamente, apostaban por su rival, Nicolas Sarkozy. Para Obama el objetivo será tomar el pulso de su nuevo socio en los asuntos más espinosos que se discutirán en las cumbres siguientes, comenzando por Afganistán, donde Hollande ha prometido que los 3.500 soldados franceses desplazados dejarán el país antes de finales de año, dos años antes que el calendario fijado por la OTAN, aunque luego ha ido suavizando el discurso y probablemente acepte alguna salida de compromiso. GARA