Los inversores siguen sumidos en una profunda depresión y optan por quedarse en liquidez a la vista del rápido deterioro de la situación. Así, ayer el Ibex se dejaba un 2,58%, y abrirá hoy en los 6.090,40 puntos. Por el momento, los inversores tan sólo se pueden aferrar a la esperanza de un cambio en la política del fondo de rescate europeo para recapitalizar la banca y a la concesión de otro año para cumplir con el déficit exigido por Bruselas. Ahora bien, para obtener este aplazamiento se exigen más recortes sociales, así como la subida del IVA y los carburantes. De otra parte, el mazazo de la prima de riesgo, que ayer alcanzó los 540 puntos para marcar otro récord, pone en entredicho la reiterada afirmación de que no habrá rescate. Portugal, el que más resistió sobre ese nivel entre los estados rescatados, claudicó en un mes. El otro escollo, ya permanente, se llama Bankia, puesto que no está definida la estrategia para obtener los 19.000 millones de euros. Los índices de París (-2,24%), Fráncfort (-1,81%) y Londres (-1,74%) sí se vieron ayer concernidos por el miedo a una quiebra del Estado español. Por valores del Ibex, destacaron los derrumbes de Sacyr (-11,18%) y Bankia (-8,60%). Los dos grandes bancos mantuvieron su tendencia negativa. BBVA cayó un 1,42%, y Santander, un 1,16%. El resto de los pesos pesados tampoco evitó el color rojo: Repsol perdió un 4,91%, Telefónica, un 3,47%, e Iberdrola, un 3,01%. Entre los tres ganadores, sobresalió Gas Natural (+2,17%). En París, Saint Gobain (-5,07%) y Technip (-4,02%) sufrían los mayores recortes de un selectivo sin subidas.