El Tribunal Supremo británico aceptó ayer la demanda de extradición cursada por Suecia en contra del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, acusado por la Fiscalía sueca de cuatro delitos sexuales y violación a dos mujeres. Sin embargo, en un giro inesperado otorgó a la defensa un plazo de 14 días para pedir la reapertura del caso, por lo que la extradición queda temporalmente paralizada hasta al menos el 13 de junio. En caso de que el Supremo ratifique su decisión, aún le quedará la posibilidad de recurrir a Estrasburgo.

El presidente de la máxima instancia judicial británica, Nicolas Philips, fue el encargado de anunciar el fallo aprobado con los votos de cinco de los siete jueces del panel. Lo hizo de manera escueta. Se limitó a decir que «la solicitud de extradición ha sido efectuada legalmente y su apelación es, por consiguiente, rechazada». La defensa sostiene que la euroorden no era válida dado que fue emitida por un fiscal y no un juez.

Philips reconoció las dificultades a la hora de interpretar puntos de la ley europea, pero dijo que la mayoría de los magistrados concluyó que la petición sueca reunía los requerimientos legales por entender que el fiscal entraba en la definición de «autoridad judicial».

A la salida, la abogada Gareth Peirce adelantó que pedirán al Supremo que «reconsidere» el dictamen puesto que plantea importantes asuntos legales sobre el significado de «autoridad judicial». La también letrada Dinah Rose añadió que en él «se hace referencia a elementos que no fueron mencionados» en el proceso de apelación.

El australiano, de 40 años y en libertad bajo fianza, no acudió a la vista porque, al parecer, «estaba atrapado en un atasco».

Aunque siempre ha admitido haber mantenido relaciones sexuales consentidas con las dos denunciantes durante una estancia en Estocolmo, asegura que el caso está políticamente motivado por la difusión de decenas de miles de cables diplomáticos de EEUU confidenciales y documentos secretos de las guerras de Irak y Afganistán.

La primera revelación de alcance mundial de WikiLeaks fue la difusión el 5 de abril de 2010 del video Collateral Murder, en el que se veía cómo un helicóptero Apache estadounidense atacaba a un grupo de civiles en la localidad iraquí de Faluyah.

Una semana después, en una conferencia sobre el valor del periodismo en la Universidad de Berkely, reiteró su intención de seguir divulgando material secreto de los gobiernos para que los ciudadanos saquen sus propias conclusiones sin pasar por el filtro de los grandes medios de comunicación.

En agosto de 2010 y en apenas diez días, la Fiscalía de Suecia abrió la investigación en contra de Assange, la archivó por falta de pruebas y la volvió a reactivar alegando la aparición de nuevas evidencias. El 18 de noviembre pidió su detención internacional, materializada el 7 de diciembre en Londres.