Al terremoto de una magnitud de 5,8 grados en la escala de Richter que el martes sacudió el norte de Italia dejando un balance provisional de 17 muertos le han seguido medio centenar de réplicas

Pese a los continuos temblores, los equipos de rescate siguieron trabajando para localizar a las personas atrapadas entre los escombros.

Ayer encontraron el cuerpo de un hombre que estaba trabajando en el interior de una fábrica de la empresa Haematronic que se vino abajo en Medolla, uno de los municipios más afectados por el seísmo, que obligó a 8.000 personas a abandonar sus hogares. Además, los colegios y universidades de Bolonia y Módena permanecían cerrados, a la espera de que las autoridades comprueben si los edificios son estables. La ministra de Trabajo, Elsa Fornero, señaló que «es natural que la tierra tiemble, pero no que los edificios se derrumben».