Luz roja a la estación de Riberas; verde a la vega del Urumea y el plan de inversiones
Se acabó, de momento, el culebrón en torno a la estación de autobuses de Donostia. Se construirá en Atotxa, siempre y cuando no diga lo contrario el informe de impacto mediambiental pendiente de redacción. Además de este tema que ha hecho correr ríos de tinta, el pleno abrió la puerta a las mejoras en la cuenca del Urumea en la zona de Martutene y aprobó sin votos en contra el plan de inversiones por 78 millones pactado por Bildu y el PNV.
Imanol INTZIARTE |
El pleno donostiarra adoptó ayer decisiones de calado para el futuro de la ciudad. Los focos estaban situados en la votación sobre la estación de autobuses en Riberas de Loiola, pero no menos importantes son temas como las obras en el entorno del Urumea o el plan de inversiones para toda la legislatura.
No hubo sorpresas en torno a la estación. Tampoco se esperaban. Después de que en la pasada legislatura se aprobase la ubicación en Atotxa, lo que se votaba era una modificación para poder edificar en Riberas, a lo que PSE, PP y PNV se opusieron.
El Tren de Alta Velocidad ha sido determinante. La imposibilidad, por ahora, de que el TAV se detenga en Riberas, ha sido el argumento principal de los defensores de Atotxa. La postura a favor o en contra del TAV ha sido la parte oculta del iceberg, lo que ha magnificado y tensado el debate. Ello, y la incapacidad municipal durante lustros para siquiera adecentar la actual estación de autobuses .
En nombre del gobierno, el concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran, defendió que Riberas es técnicamente viable -pese a los mensajes alarmistas del PSE sobre su inundabilidad-, y que económicamente ofrece menos incertidumbre que Atotxa.
Ahí está prevista la construcción de un parking con 700 plazas, cuya tasa de ocupación es la clave de bóveda sobre la que se sustenta el proyecto económico. «No queremos un futuro rescate», subrayó Burutaran. Si el parking no genera los ingresos previstos, habrá problemas.
«Será la única estación del Estado español en la que Adif no tendrá que hacer un parking, se lo hará el Ayuntamiento», apostilló el alcalde, Juan Karlos Izagirre, quien habló como portavoz de Bildu. Añadió que Atotxa «es más pequeña, más cara y no tiene conexión con el Topo», recordó que no cuenta con un informe de impacto medioambiental y criticó sobre todo al PP por sus cambios de opinión.
Las voces de la oposición
«Han fracasado», espetó el portavoz del PSE, Ernesto Gasco, quien ha visto como sale triunfante el proyecto impulsado por Odón Elorza. Su discurso tuvo frases lapidarias como «han dejado a la ciudad sin estación para los próximos cuatro años», «nosotros defendemos la ciencia» o «los plenos son la expresión máxima del pueblo».
Gasco preguntó al Gobierno por qué no pidió antes el estudio de impacto ambiental. Cabe recordar que en octubre de 2010, cuando gobernaba el PSE, el secretario municipal ya advirtió de ese vacío en el expediente y no se tomaron las iniciativas pertinentes.
El PP ha sido criticado durante las últimas semanas debido a que en campaña defendió Riberas. «Se hablaba de otra parcela, con conexiones con el TAV, Renfe y Euskotren», matizó ayer su portavoz, Ramón Gómez.
La oposición no ha dudado en definir estas críticas como «amenazas» o «presiones». Pero también la oposición se ha esmerado en exponer las posibles contradicciones ajenas empleando la misma táctica.
Sin ir más lejos, Eneko Goia (PNV) subrayó ayer que «hay un miembro del Gobierno que en su día defendió Atotxa con la misma vehemencia con la que ahora defiende Riberas», en referencia a Jon Albizu, actual concejal de Movilidad y que durante la pasada legislatura fue asesor de la edil de Alternatiba Duñike Agirrezabalaga, entonces responsable de Obras y Proyectos.
El portavoz jeltzale fue tajante e incidió en que su apuesta en campaña ya era Atotxa: «La cuestión fundamental para nosotros es la estación del TAV. Es básico, y en Riberas es imposible», sentenció.
Contra las inundaciones
Pasada la tormenta, el pleno discurrió por aguas más tranquilas y aprobó por unanimidad el levantamiento de la suspensión parcial del Plan General en las zonas de Sarrueta, Portutxo y Trinkete, trámite necesario para acometer las reformas encaminadas a evitar, o al menos paliar, los efectos de las inundaciones en la vega del Urumea.
Burutaran ya explicó la víspera que el actual puente de Martutene será sustituido por otro «más largo, más ancho y que vaya a una altura superior». También se ampliará el cauce, los que supondrá el derribo de 41 viviendas -sus ocupantes serán realojados transitoriamente en Morlans o Txomin- y el traslado de actividades industriales y terciarias que ocupan 6.000 metros cuadrados. Las obras son sólo una parte de las previstas en el río y correrán a cargo de la Agencia Vasca del Agua (URA).
El tercer punto álgido fue la aprobación del Plan de Inversiones por 78 millones hasta el año 2015, pactado por Bildu y el PNV (véase la edición del pasado 17 de mayo).
La inclusión de enmiendas de PSE y PP -nuevas partidas para ascensores y escaleras mecánicas en diversos barrios y el incremento de las ya existentes para actuaciones en el Urumea-, lograron que ambas formaciones se abstuvieran.
El delegado de Hacienda, Jabi Vitoria, incidió en la filosofía de que «mientras no se ingresa no se gasta», por lo que se antoja fundamental la venta del complejo de Illunbe. El Consistorio acudirá al crédito según vaya amortizando préstamos anteriores, a fin de mantener estable la deuda.
La urbanización de Eskuzaitzeta, el centro cultural Tabakalera, las viviendas de Txomin-Enea, la ampliación del Kursaal o la renovación del polideportivo de Altza son algunos de los proyectos más destacados.
El pleno otorgó sus permisos para la construcción de una zona polideportiva en la vaguada de Olarain -proyecto de Ekintza Fundazioa- y para la edificación de una nueva planta en el centro educativo Antigua-Luberri (Benta Berri).
Ya por la tarde se aprobó una moción del PSE en la que se instaba al gobierno a respetar la decisión mayoritaria del pleno de construir la estación en Atotxa. Todos los partidos votaron a favor, incluido Bildu, que se comprometió a ello si Riberas era rechazada.