Crónica | Hala komunikazioa bedi konponbidea
Un nuevo modelo solidario para regir el futuro de una nación independiente
La crisis vigente en el Estado español evidencia la necesidad de afrontar un debate sobre el devenir político y económico de Euskal Herria. Una nación que debe separarse de Madrid y París para poder avanzar hacia un nuevo modelo basado en la solidaridad.
Ion SALGADO
Las jornadas «Hala komunikazioa, Bedi konpondibea», organizadas por Hala Bedi Irratia durante el mes de mayo en la Casa de Cultura Ignacio Aldekoa de Gasteiz, tocaron el pasado lunes a su fin con un debate basado en el futuro económico de los siete herrialdes vascos. La última sesión, celebrada bajo el epígrafe «Retos de la economía de Euskal Herria», sirvió para enfatizar la necesidad de romper amarras con el Estado español; reflexionar sobre la conveniencia, o no, de seguir impulsando el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB); y presentar un nuevo sistema de desarrollo solidario, alejado de la globalización, que identifique a las comarcas como zonas autónomas de producción.
La cita, en la que estuvieron presentes el doctor en Economía Antton Borja, la diputada de Amaiur Maite Aristegi, el sociólogo Jakue Pascual y el economista Pedro Mari Olaeta, comenzó pasadas las 19.30. Tras tomar asiento, y ser presentados por parte del periodista Iñaki Iriondo, encargado de moderar del debate, los participantes comenzaron a exponer sus posturas en torno a la actual situación de la economía vasca, afectada por la crisis financiera vigente en el Estado español.
La primera intervención corrió a cargo de Antton Borja, que aprovechó su turno para salir en defensa del sector primario. A su parecer, la agricultura, y los baserritarras anexos a la misma, son un pilar «fundamental» para el futuro de Euskal Herria. Un futuro negro, ya que, tal como detalló, la crisis actual perdurará durante los próximos cuatro o cinco años.
Para explicar su pronóstico, el doctor en Economía echó mano de la deuda vencida atribuida al Estado español. Según explicó, durante los próximos años el Gobierno de Rajoy deberá pagar la deuda contraída en el año 2002, lo que supone desembolsar más de 40.000 millones de euros anuales. Para poder hacer frente a dicho gasto, Madrid deberá elegir entre dejar de pagar o ampliar su deuda para poder afrontar los pagos, al menos hasta que los acreedores acepten una quita de la citada deuda. Una situación límite que, tal como señaló Borja, se puede dar en el año 2015.
En cuanto a la repercusión que esta tétrica situación pueda generar en los cuatro herrialdes situados al sur del Bidasoa, el doctor alertó que la autonomía económica establecida en el Estatuto de 1979 y en el Amejoramiento Foral se verá devaluada conforme se agrave la situación económica del país vecino. Por ello no es de extrañar, que Borja defendiera la independencia como un paso necesario para garantizar el porvenir de Euskal Herria. «Viviremos todos mejor», sentenció.
Estas palabras contaron con el respaldo de Maite Aristegi, que reclamó una soberanía plena de los siete herrialdes. «La independencia es necesaria para nuestro bienestar social, porque el Estado español es un verdadero lastre», subrayó. Además, la diputada criticó los límites establecidos por los marcos estatutarios vigentes en Hego Euskal Herria, que limitan la capacidad de ingresos de las diputaciones; y defendió la independencia como única vía de escape hacia la futura recuperación.
«España es el auténtico Titanic», destacó antes de reclamar la puesta en marcha de un nuevo sistema basado en la solidaridad, donde impere el mercado local sobre las grandes transnacionales. Frente a la intensificación promovida por las grandes corporaciones, Aristegi apostó por un modelo productivo sustentado sobre el desarrollo local, en el que prime la cercanía y el respeto al medio ambiente.
Esta defensa del ámbito local fue respaldada por Jakue Pascual, que mostró sus dudas sobre el futuro modelo económico que debe regir el desarrollo de Euskal Herria. A este respecto, el sociólogo advirtió un problema al tratar de relacionar dos términos tan dispares como son la productividad y la solidaridad. Un relación defendida anteriormente por la política abertzale.
Parar el crecimiento
Asimismo, Pedro Mari Olaeta reivindicó un modelo económico solidario, que deje a un lado la visión «mercatológica» -basada en la compraventa de bienes y servicios- vigente en la sociedad actual. En este sentido, el economista, que ostenta el cargo de director general en Ingeinova, propuso parar el crecimiento del PIB. «¿Por qué tiene que crecer el PIB, si lo que tiene que crecer es la calidad de vida?», preguntó. A su entender, este indicador, con el que se mide el desarrollo económico, es «una vergüenza, una carraca».