Montañas, valles, circos, ríos enfurecidos, lagos, cañones, desfiladeros, cuevas, hielo... Todo esto es el Pirineo, una inmensa cordillera milenaria de 435 kilómetros. cargada de historia que une Peñas de Aia con el Cabo de Creus. Y es que 300 millones de años desde que empezaran a emerger las primeras cimas del fondo de las aguas dan para mucho. Pueblos, culturas, gentes, paces y guerras, fronteras, migraciones, aventuras. En el Pirineo ha ocurrido de casi todo. Este año se cumplen 106 años de la conquista del Aneto en alpargatas (Jaime Oliveras y Antonio Arenas), 102 años de la inauguración del ferrocarril de Groc, 32 del cierre de la última mina de Parzán, después de tres siglos de actividad, 81 de la inauguración del tren de cremallera que sube a Nuria, 61 del cierre de la presa del Pantano de Yesa, suponiendo el fin del tráfico definitivo de las almadías por los valles de Hecho, Ansó y Roncal. Y 25 años desde que la SCDR Anaitasuna de Iruñea realizara la primera travesía integral por el Pirineo.

Pese a todo, el Pirineo sigue estando ahí. Con su historia a cuestas y con su magia, con su belleza y con sus gentes. Dicen que casi 6.000 culturas han desaparecido en el mundo. Los Pirineos se han salvado porque siguen conservando una gran parte de su arraigada personalidad. Es más. Pese al creciente turismo que la cordillera padece desde hace ya varios años y pese al progreso devorador que ha acabado con las formas de vida tradicionales, el Pirineo sigue vivo; esperando ser recorrido por gente como la del Anaita de Iruñea. Gente que cada año se entusiasma organizando y participando de una de las travesías más completas de cuantas se realizan.

Y es que este año será una edición especial, cumplimos 25 años de andadas, de subidas y bajadas. Desde que un grupo de apasionados por las montañas ideáramos esta experiencia, miles de personas procedentes de todas las comunidades del Estado han participado en esta experiencia a lo largo de estos años recorriendo más de 60.000 kilómetros a pie por parajes, valles y collados de ensueño. En este sentido, la travesía que anualmente organiza Anaitasuna forma ya parte de la dilatada historia del Pirineo. Pero si bien hoy compartimos espacio, tiempo y maneras de recorrer el Pirineo con otras gentes y agencias, no dejamos de tener la misma ilusión que al principio. Hemos cambiado, sí. Como el mundo, la vida y el propio Pirineo, pero seguimos siendo fieles a una idea, la misma con la que nacimos: respetar la naturaleza y animar al autoconocimiento de la montaña a lo largo de 47 etapas por uno de los trekkings más bellos del mundo. Y todo ello en un ambiente en el que prima la solidaridad sobre el individualismo. La travesía del Pirineo ha querido ser una alternativa para muchas personas que, animadas por su pasión por las montañas, prefieren descubrir por sí mismas la belleza de un camino, una senda o una cima. La travesía quiere seguir siendo, si lo permite la demanda, una referencia para aquellas personas que, huyendo de los viajes turísticos al uso, desean participar en esta actividad y compartir unos días en pleno Pirineo.

En el Anaita estamos de cumpleaños y queremos compartirlo contigo. Así que si te animas a participar, celebraremos día a día la experiencia de sentir juntos la pasión por las montañas. Pasión que comenzará el 9 de julio en Banyulls y terminará el 25 de agosto en el Cabo de Higuer.