Se despejó una de las incógnitas que más expectación había generado durante las últimas semanas. Una vez certificado que las sensibilidades políticas que el pasado noviembre comparecieron a las elecciones generales del Estado español bajo la denominación de Amaiur repetirían en las próximas autonómicas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, restaba conocer el nombre de la marca.

La coalición formada por la izquierda abertzale, EA, Aralar y Alternatiba resolvió ayer el misterio y anunció que Euskal Herria Bildu (EHB) será «el referente de quienes denuncian el inmovilismo de los gobiernos frente a la oportunidad histórica que vivimos, de todas las personas que ven en el horizonte electoral la oportunidad de superar las ilegalizaciones, las vulneraciones de derechos y los subterfugios de quienes buscan conseguir mediante trampas la legitimidad que la ciudadanía les niega».

Tanto el nombre como el predominante color verde aparcan el «azul Amaiur» que pugnó en los comicios al Congreso español y recuperan la estética de la marca que compareció en las elecciones municipales y forales de mayo de 2011, donde Aralar no formó parte de esta entente. Además, las siglas coinciden con las de Euskal Herria Bai, la coalición abertzale de Ipar Euskal Herria que ayer participó en las legislativas francesas.

El acto de presentación tuvo lugar en Donostia, concretamente en el Eureka Zientzia Museoa -antiguo Kutxaespacio-, donde se dieron cita en torno a dos centenares de representantes de las cuatro formaciones. También se pudo ver a cargos electos de Bildu -como por ejemplo el diputado general de Gipuzkoa Martín Garitano- y de Amaiur, con el diputado en Madrid Xabier Mikel Errekondo.

«Superador del sistema»

Amaia Agirresarobe fue la primera en tomar la palabra. La portavoz de Alternatiba subrayó que EHB tiene como objetivo «hacer frente a ese discurso único que nos ha llevado al fracaso y que está al servicio de los poderes financieros. Ha llegado la hora de democratizar las instituciones, de da voz a la ciudadanía, porque la llave para construir nuestro futuro ha de estar en manos de la sociedad vasca».

«Coincidimos en la necesidad de un modelo superador del sistema, que no se limite a ponerle parches. Las cuatro formaciones aquí presentes apostamos por una relación responsable con nuestro entorno, con Ama Lurra, y subrayamos la necesidad de transformar la sociedad, sabedores de que no habrá democracia real hasta que todas la mujeres y los hombres sean iguales en derechos», añadió.

Agirresarobe se refirió al «rescate» financiero del Estado español para remarcar que «quienes lo han solicitado son quienes día tras día vulneran los derechos de la ciudadanía mientras salvan a empresas privadas que autorizan desahucios. Ya es hora de que nos organicemos frente a ello, de que nuestro pueblo avance, de que demos pasos hacia un nuevo modelo económico y social».

Seis compromisos

Tras la emisión de un vídeo promocional fue el turno de Dani Maeztu. El parlamentario de Aralar en la Cámara de Gasteiz expuso la lista de seis compromisos que han adoptado las cuatro sensibilidades firmantes del acuerdo.

La nómina la encabeza el «compromiso con la paz y la solución», resumido en el lema «todas las personas, todas las ideas, todos los proyectos». En este sentido, reafirmó «los compromisos que adquirimos con el Acuerdo de Gernika y la Declaración de Aiete» y reivindicó el derecho de Euskal Herria a decidir su futuro «como base para la superación del conflicto».

El segundo compromiso es «con la justicia social», ofreciendo «una alternativa» al actual sistema. En este epígrafe se recogen puntos de un futuro programa electoral, tales como «invertir en el tejido productivo, reforzar el control público y social sobre los sectores estratégicos, desarrollar una política fiscal progresista que permita el reparto de la riqueza mediante el equilibrio entre ingresos y gasto, garantizar y defender los derechos laborales, o el desarrollo de políticas para la soberanía alimentaria», entre otros.

Los compromisos con «la democracia directa y participativa» y con «la mujer y la juventud» -ambos colectivos «un motor del cambio político y social»- conforman los puntos tercero y cuarto.

El euskara protagoniza el quinto punto, con el objetivo de normalizar su presencia en los siete territorios compatibilizándolo con «la pluralidad cultural de la ciudadanía vasca del siglo XXI».

Ligado con ello, el sexto es un compromiso «contra el racismo y la xenofobia. La pluralidad nos enriquece como sociedad y como personas».