El Ejército Libre Sirio (ELS) apeló ayer a los kurdos a unirse a la rebelión armada contra el régimen de Bashar al Assad. «El comando interejércitos llama a nuestros hermanos kurdos, tanto soldados como civiles, a unirse a las filas del ELS», declaró el portavoz de esta fuerza, el coronel Kassem Saadedin.

Hasta ahora, los grupos kurdos han mantenido fricciones con el opositor Consejo Nacional Sirio (CNS), al que acusaban de marginar a los grupos religiosos y étnicos minoritarios. Incluso el rechazo expreso al derecho de autodeterminación o al federalismo por parte del Consejo y de su anterior presidente, motivó los recelos de los movimientos kurdos y un abandono en masa del CNS.

Además, la formación kurda Partido de Unión Democrática (PYD) mantiene su propia línea política al margen de la oposición al régimen, ante los recelos que provocan los intereses de Turquía -Estado que persigue a los kurdos- en el conflicto sirio.

El pasado 10 de junio, el CNS eligió como nuevo líder al kurdo Abdel Basset Sida, en un intento de atraer a los kurdos y otras minorías. Sida afirma que las diferencias del CNS con los kurdos son una etapa superada.

En su comunicado, el ELS afirma que los kurdos serían «miembros de pleno derecho del ELS, al lado de sus hermanos sirios y de todos los orígenes para defender nuestro país y apoyar nuestra revolución». «Trabajemos juntos para transformar el ELS en una institución nacional militar que sea una alternativa al Ejército de los criminales en el poder», declaró el coronel Saadedin. Mientras tanto, los kurdos que huyen de la guerra siria se refugian en la zona sur de su territorio, en la región autónoma kurda del Estado iraquí.

Rerfugiados en Kurdistán sur

Según la ONU, 1.500 se encuentran en un campo en la región autónoma de Kurdistán, aunque su número puede aumentar si el Gobierno iraquí decide reagrupar a los que se encuentran en otros campos. Alrededor de 86.000 personas han huido de Siria, 5.400 de ellos a Irak.

Los kurdos, desertores del Ejército, militantes contra Bashar al Assad o simplemente ciudadanos que huyen de la violencia, se sienten satisfechos de la acogida de sus compatriotas y denuncian que en Siria son «víctimas de discriminación y opresión».

Originario de Qamishl, Abu Samir, desertor del Ejército, afirma que huyó de su ciudad natal para no ver morir a sus seis hijos. «Apreciamos cómo Kurdistán nos dio la bienvenida. Como soy kurdo, he optado por el Kurdistán (Irak) y me siento bien», afirma Abu Samir, que dice no sentirse refugiado ni un extraño. «Tengo el sentimiento de pertenecer a la misma familia mientras en Siria la población kurda se enfrenta al racismo».

Por otro lado, ayer continuaron los combates entre el Ejército y la oposición armada en la región de Idleb, junto a la frontera turca.

La oposición afirmó que el Ejército disparaba con artillería contra la localidad de Khirbet al-Joze. También en Homs, otro bastión insurgente en el centro del país, tenían lugar fuertes combates y bombardeos. Nidal, un habitante de Homs afirmó que «hay un gran número de edificios y viviendas totalmente destruidos y muchos de los heridos que están en los hospitales de campaña necesitan ser operados. Hay muchos mártires y no hay medicamentos».

El opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos denunció que hay unas mil familias atrapadas en la ciudad mientras el Ejército las ataca.

Por otro lado, la agencia de noticias oficial Sana informó de que «grupos terroristas» perpetraron sendos atentados con explosivos que dañaron dos oleoductos, en las provincias de Homs y Deir al Zor.

Por otra parte, el Gobierno británico informó de que hizo que un carguero ruso que transportaba armas con destino a Siria cambiara su rumbo para regresar a puerto ruso, según informó el ministro de Asuntos Exteriores, William Hague.