Si quien escribe contara ahora con 20 0 25 años, también habría expresado su agrado al final de la proyección de «Rock radikal vasco: la Gran Martxa de los 80», documental de 55 minutos que explora lo que fue el fenómeno social y musical vivido en el inicio de la década de los ochenta y primeros años de los noventa. Sin embargo, al ser protagonista de aquellos años como periodista y como aficionado, no ha sido posible verlo con la misma inocencia y entusiasmo que la mayoría de la sala, jóvenes que no vivieron aquellos días, pero que, seguramente, tienen los discos, o sus hermanos o aitas les han contado mil batallas sobre cómo fueron aquellos tiempos, cómo todo corría fresco e indolente a pesar del maltrato físico y síquico que aquella velocidad suponía. Les hablarían de las grandes fiestas, de mitos como Evaristo, Natxo, Gari, Mahoma, Josu, el Drogas... y muchos más.

Y allí estaban esos nombres, con su juventud, su insultante actitud, sus ganas de comerse la noche mientras se dormía de día. Allí teníamos un puñado de canciones inmortales, de imágenes sin arrugas en la cara. Allí estaban, ante un aforo de más de media sala, de las grandes, un montón de retinas absorbiendo con asombro lo que veían y las batallas que contaban algunos veteranos.

El documental, propiedad de TVE y que aún no ha emitido ni se sabe si lo hará, se resiente por la falta de imágenes de la época, realmente una situación compleja de solventar, como reconoció en la charla final la directora del documental, Begoña Atutxa, por lo que se recurre en exceso a testimonios actuales; pero también relata la vida musical de aquellos años de manera superficial. Además, resulta incongruente que el conductor del documental, Roberto Moso, hable continuamente de Rock Radikal Vasco y, sin embargo, ni siquiera se mencione en las diferentes entrevistas, y que se mezcle punk, rock y RRV sin saber a que estilo concreto se refiere en cada momento, porque no todo fue RRV ni rock ni punk.

Escasea el análisis, abrir muchos porqués, profundizar y entrar en confrontación (no se habla de Martxa eta Borroka y su enorme repercusión) y en un documental extraña, aunque también se entiende que se oriente de forma digerible dado que la televisión actual tiende a verse con cierta displicencia cuando no sentados simultáneamente frente al ordenador, el teléfono inteligente o la tableta.

Anécdotas

El documental se inicia con historias alrededor de Eskorbuto, se les ve discutir sobre si ser número 1 en los 40 es bueno o malo. No se aclaran y salta la carcajada entre el público. Loles, de Vulpes, recuerda cómo en un concierto en Madrid a su cantante Mamen le cayó un escupitajo en la camiseta tan gordo que se retiró un instante y echó la pota por asco. «Al día siguiente la prensa decía que vomitábamos en escena».