Iñaki IRIONDO

En condiciones sociopolíticas no muy diferentes de las actuales, aunque sin las urgencias actuales sobre rescates bancarios, el pasado 26 de marzo Patxi López estuvo en un foro madrileño similar al que visitó ayer. Y tuvo la intervención previsible en un lehendakari, explicando en su discurso eso que ha venido a llamar «el modelo Euskadi» y centrado en los avances de sus tres años de gobierno en la CAV y el apunte de algunos retos de futuro.

Ayer no. Ayer Patxi López dedicó más de la mitad de su discurso a poner mayúsculas a «El Modelo Euskadi» y presentarlo como una «propuesta alternativa a otras políticas que se están aplicando en Europa». Y, a partir de ahí, propuso tres pactos que solo se entienden en boca de quien tiene altas metas: «Un pacto para refundar Europa como una verdadera unión política y social. Un pacto de país, en España, para hacer frente, juntos todas las instituciones y agentes sociales, a la crisis. Y un pacto para fortalecer el papel de las Comunidades Autónomas para localizar de forma más eficaz los esfuerzos colectivos».

Después, fue desgranando cada uno de esos puntos como lo haría cualquiera que aspirara a optar, dentro de un breve tiempo, a competir con el candidato del PP por el asiento de La Moncloa. Es más, intentó incluso adoptar una pose de estadista que está por encima de las siglas, recomendando «compromisos colectivos» porque la salida de la crisis «es una cuestión de país, porque, aunque alguno piense lo contrario [ahí metió un pellizco a Mariano Rajoy], la mera gestión del Gobierno no es suficiente».

Y, en ese contexto, los seis últimos folios, en los que desgranó un catálogo de los «logros» conseguidos en la CAV desde que está en Ajuria Enea, sobre todo en el ámbito económico y social, se entienden como la presentación de avales para optar a esa candidatura.

La imagen que de Patxi López tienen en el Estado español es muy distinta a la que se ha ganado en Euskal Herria para una buena parte de la sociedad. Por eso, de manera cíclica, aparece en distintos medios como un posible candidato a suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba, de quien se da por hecho que no volverá a competir por la Presidencia del Gobierno. El propio Rubalcaba abrió la puerta a las especulaciones cuando, ya en febrero, dijo sobre Patxi López que «ahora es lehendakari, que es muy importante. Lo que vaya a hacer en el futuro dependerá mucho de él. Por mí lo será todo».

Las encuestas se mantienen tercas en que el PSE comandado por Patxi López no pasará de ser la tercera fuerza en las próximas elecciones al Parlamento de Gasteiz, lo que le hace prácticamente imposible volver a Ajuria Enea. Leído su discurso de ayer, da la impresión de que alguien se ha tomado en serio las palabras de Rubalcaba, y López aspira ya a «serlo todo» aunque tenga que serlo en Madrid.