ProMedia compra a estudiantes para capturar cyberpiratas
Lejos de dar su batalla por perdida contra la llamada cyberpiratería, las compañías musicales, comandadas por proMedia, han iniciado el reclutamiento de jóvenes estudiantes cuya misión consiste en señalar a piratas informáticos y blogs en los que es posible bajar contenidos audiovisuales.
Koldo LANDALUZE | DONOSTIA
«Poderoso caballero es Don Dinero», sentenció Quevedo y ha quedado refrendado por quienes son seducidos por el tintineo de las monedas. Esta es una de las opciones adoptadas por las grandes compañías discográficas en su batalla contra la llamada piratería que no han dudado en recurrir al reclamo del tintineo monetario para comprar a jóvenes estudiantes que ejercerían labores de chivatos virtuales.
Recientemente, un empleado del grupo proMedia, a quienes EMI, Sony o Warner pagan cuantiosas cifras para evitar la infracción del copyright en internet, ha comunicado que la empresa ha prolongado su cruzada particular reclutando a jóvenes para que se infiltren en entornos estudiantiles donde se llevan a cabo este tipo de operaciones y sigan el rastro de los «piratas».
La idea de esta propuesta es la de combatir la piratería con aquellos que mejor entienden el software de intercambio de archivos, es decir, los propios estudiantes y seducirlos mediante sumas de dinero que irían en proporción de la «presa» capturada. Esta especie de «Operación Judas» se está desarrollando actualmente en Europa y en ella estarían participando discográficas como EMI, Sony, Universal o Warner. Estas compañías hacen su aportación particular a esta causa común invirtiendo en la citada proMedia: una poderosa compañía con sede en Hamburgo y con contrato exclusivo para la caza de infractores de derechos de autor online y con patente de corso de la IFPI.
El modus operandi utilizado por proMedia es el siguiente: contrata a decenas de estudiantes para iniciar la búsqueda y estos inician una labor que consiste en rastrear las webs, blogs y foros donde poder señalar nombres y nicks. Una vez conseguido los nombres de los supuestos infractores, proMedia envía una demanda en la que se pide un pago en efectivo por «cerrar» el caso y no llegar a juicio. Definitivamente, el modelo elegido por los emporios musicales que avalan a proMedia es la simple y llana extorsión gangsteril.