Según los diarios británicos «The Daily Telegraph» y «The Guardian», los gobiernos europeos habrían pactado utilizar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y el Mecanismo de Estabilidad (ESM) para comprar deuda pública española e italiana por valor de 750.000 millones de euros con el fin de «aliviar» las dificultades de ambos estados.

De hecho, el comunicado de la cumbre del G-20 celebrada este lunes y martes en la localidad mexicana de Los Cabos señalaba que los líderes europeos habían acordado adoptar las medidas necesarias para rebajar los costes de financiación.

En concreto, el plan contemplaría utilizar los 500.000 millones de euros disponibles del futuro Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) y los cerca de 250.000 millones de euros remanentes del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) en la adquisición de deuda soberana de estos países.

Anteriormente, el dinero de estos mecanismos, financiados por los países miembros de la eurozona, había sido utilizado para rescatar a países como Grecia, Irlanda o Portugal, cuyos gobiernos recibían los fondos directamente a cambio de cumplir estrictos programas de ajuste.

«Sin embargo, bajo este nuevo plan, los fondos no irían directamente a los gobiernos, sino que se destinarían a comprar deuda en los mercados», apuntaba «The Daily Telegraph», que destaca que, de este modo, se retomaría la labor iniciada por el Banco Central Europeo (BCE), que ha destinado más de 210.000 millones de euros a la compra de bonos soberanos de países de la eurozona, pero que acumula ya 14 semanas sin realizar ninguna compra.

El presidente francés, François Hollande, indicó en la cumbre de Los Cabos que Italia había propuesto usar los recursos del nuevo fondo de rescate permanente para adquirir deuda pública de los países de la eurozona en dificultades.

«Italia ha presentado una idea que merece la pena analizar», comentó el presidente galo. Esta propuesta formará parte de la agenda de la reunión que mañana mismo mantendrán en Roma la canciller alemana, Angela Merkel, François Hollande, Mariano Rajoy y Mario Monti.

Ayer tarde, la canciller alemana, Angela Merkel, admitió que, aunque no se está discutiendo «la compra de deuda pública» con fondos europeos, «existe la posibilidad de comprar bonos de los países en los mercados secundarios, pero siempre vinculada a una condicionalidad».

«Paracetamol financiero»

Antes de estas declaraciones, la Comisión Europea, de la mano del portavoz económico, Amadeu Altafaj, desmentía los rumores al afirmar que «no hubo negociaciones sobre esto» durante la cumbre del G-20.

«Hemos visto informaciones de prensa, de un único Estado miembro y no de otros, por cierto», señaló el portavoz, quien añadió que esa vía podría ser «útil» para «calmar las tensiones», aunque subrayó que la compra «no resuelve las causas del nerviosismo».

«Sería paracetamol financiero. Podría aligerar la tensión, el dolor, pero no resuelve las causas, por ejemplo, que están en la base de los problemas estructurales de la economía italiana, española o de otras», dijo.

Desde el Ejecutivo español, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, calificó de «fantasía» las informaciones publicadas por los medios anglosajones y dijo que los 750.000 millones barajados suponen una cantidad que no podría poner ninguna institución.

Pese a estos desmentidos, los mercados acusaron la noticia sobre la compra masiva de deuda, de tal forma que la prima de riesgo española se redujo desde los 551 puntos del martes a los 513 de ayer, mientras el bono español a diez años logró cerrar en el 6,75%, después de permanecer desde el lunes por encima de la barrera crítica del 7%.

Petición formal de rescate

Precisamente, el rescate de la banca española será uno de los principales puntos en la agenda del Eurogrupo que se celebra hoy en Luxemburgo, donde se espera que el Gobierno español formalice su solicitud, tras conocerse los resultados de la evaluación de las necesidades de capital de la banca que han llevado a cabo las auditoras Oliver Wyman y Roland Berger.

Fuentes europeas adelantaron que el ministro español de Economía, Luis De Guindos, presentará a sus socios las conclusiones de las auditorías y les informará de «en qué punto está el Gobierno con la solicitud formal de la ayuda». En Bruselas se considera que es precisamente la falta de detalles lo que genera incertidumbre en los mercados.

Entretanto, se espera que mañana los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) suavicen parcialmente las exigencias económicas al Estado español hasta 2013, al no pedir que se acelere el retraso de la edad de jubilación a los 67 años como había planteado la Comisión Europea.

Los Veintisiete sí respaldarán, en cambio, las principales recomendaciones formuladas por Bruselas el 30 de mayo, como el aumento de la base imponible del IVA, la aplicación estricta de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y la presentación de un plan presupuestario para 2013-2014 antes de finales de julio.