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Sergio Ramírez: «La política es una lanza que espolea al arte»
Sergio Ramírez (Masatepe, 1942) es, utilizando sus propias palabras, un «escritor que alguna vez estuvo prestado a la política». Hoy, hablará sobre tercer mundo, democracia y desarrollo social, dentro de las jornadas «Ideas para cambiar el mundo». En su opinión, en Latinoamérica «la política está siempre en primer plano por ser anormal. Esto mueve al escritor».
Alvaro HILARIO | BILBO
El 19 de julio de 1979, las columnas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) entraron victoriosas en Managua. Sergio Ramírez, «un escritor que alguna vez estuvo prestado a la política» -como él mismo se definió ayer- fue uno de los intelectuales que integró la oposiciónal al dictador Anastasio Somoza y participó en la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional: «No podía ser solo testigo, entré en la política como protagonista, para abrir la puerta de una revolución».
Las declaraciones fueron realizadas en una rueda de prensa concedida junto al artista chileno Alfredo Jaar para anunciar la ponencia que presentará esta tarde dentro de las jornadas «Ideas para cambiar el mundo», organizadas por Lakua en el marco de 2012 Euskadi, Año de las Culturas por la Paz y la Libertad.
Democracia y tercer mundo
Sergio Ramírez hablará esta tarde (20.00, Palacio Euskalduna, Bilbo) sobre «La democracia como factor de desarrollo social en los países del tercer mundo». Para él, «la política es universal porque afecta a todo el mundo».
Volviendo la mirada hacia Latinoamérica, señaló que allí «la política está siempre en primer plano por ser anormal». Dentro de dicha «anormalidad» situó hechos que van desde el derecho a ejercer el voto a «otros fenómenos más fuertes que las propias instituciones -como pudiera ser el narcotráfico-, fenómenos que las tumban».
En este contexto ubicó la relación entre política, literatura y arte. Después de recordar que el bombardeo de Gernika inspiró a Pablo Picasso el cuadro homónimo y las guerras napoleónicas «Los fusilamientos del 3 de mayo» a Goya, concluyó que la política «provoca arte; es una lanza que espolea a la literatura».
Al hilo de los gobiernos populistas presentes en un buen número de repúblicas latinoamericanas y medidas tan polémicas como la penalización del aborto en Nicaragüa de la mano del gobierno de Daniel Ortega, por ejemplo, GARA quiso saber su opinión sobre la calidad de la democracia en Latinoamérica: «Desde los años 80 hasta ahora, tenemos que hacer un balance positivo. Han desaparecido no solo los dictadores de `realismo mágico', si no también las dictaduras `científicas' - Argentina y Uruguay, entre otras- dictaduras destinadas a eliminar ideas eliminando seres humanos».
Después de mencionar a Uruguay o Brasil como modelos de avances político-sociales, se refirió a Nicaragua como una «insititucionalidad congelada». Para Ramírez las debilidades de las democracias americanas son fruto de la cultura caudillista, propia de la América rural que, en estos tiempos, incluso ha alumbrado «gobiernos familiares». Son, sin embargo, «lunares en un paisaje que ha cambiado».
Cuestionado por el poder de la literatura a la hora de generar cambios dijo que «leer no hace que una persona tome un fusil, es un arma de reflexión crítica».
Alfredo Jaar
El arquitecto chileno Alfredo Jaar, que intervendrá mañana en las jornadas, dijo que los intelectuales «crean modelos de pensar el mundo que se lanzan y la colectividad los recoge, y a veces los utiliza».
Jaar también dijo que «hay que empezar por el deseo de cambiar el mundo: de ahí nacen las ideas para hacerlo. Sin la cultura la vida sería un error. La cultura es el aire que respiramos; la cultura cambia el mundo».
Alfredo Jaar está trabajando en un memorial sobre Gernika a finalizar en cinco años.
«Leer no hace que una persona tome un fusil, es un arma de reflexión crítica», dijo Sergio Ramírez al ser cuestionado por la relación entre la literatura y los cambios sociales.
En la rueda de prensa se proyectó el mensaje que la expresidenta de Chile y directora de ONU Mujeres, Michelle Bachelet ha grabado ex profeso para estas jornadas. Su alusión a estas como «encuentro de jóvenes de todo el mundo» indica cierto desconocimiento del tema.
Michelle Bachelet fue presidenta de Chile en el periodo 2006-2010 encabezando la Concertación, coalición formada, entre otros, por La Democracia Cristiana y el Partido Socialista. Esta estuvo en el poder por espacio de 20 años (1990-2010).
En estos 20 años la represión y el despojo contra la nación mapuche y su territorio ancestral, ha sido constante. Así, fue la Concertación quien facilitó a Endesa la construcción de la presa de Ralco que inundó 3.500 hectáreas.
La represión contra el pueblo mapuche, en lucha por su tierra, se ha caracterizado por la violencia, la impunidad y la criminalización de las organizaciones mapuche. De hecho, utilizó la pinochetista Ley de asociación ilícita terrorista. Las condenas contra comuneros mapuche suelen basarse en testimonios de «testigos sin rostro». La denuncia de estas arbitrariedades llevaron a Patricia Troncoso a una huela de hambre de 100 días en 2007/8.
Durante el mandato de Bachelet fue asesinado por la espalda con una ráfaga de UZI el joven Matías Catrileo. Antes, en 2002, Alex Lemun, 19 años, corrió la misma suerte a manos del mayor de carabineros Marco Aurelio Treuer. Pese a ser declarado culpable de «violencia con resultado de muerte», apeló a la Corte Marcial: resultó impune y fue ascendido.
La madre de Matías, Mónica Quezada, criticó el actuar del gobierno: «hubo en todos los casos una indiferencia política, no se hizo nada, los poderes del Estado pesan». A.H.
