Raimundo Fitero
Iris
La Academia de Televisión busca su identidad y hace de la entrega de sus premios, ahora llamados Iris, uno de sus máximos esfuerzos de visibilidad. La gala se emitió este año por La 2, y fue, al menos esa era la intención, un asunto televisivo. No teatral, sino con presunción de ritmo audiovisual. Los galardonados estaban muy repartidos, parece que existe un voto profesional o académico, que huye tanto del academicismo como de lo populachero, y eso se nota en los programas y profesionales premiados, con una exclusión casi absoluta de los productos de Mediaset España, Tele 5 para entendernos, y sus basuras captadoras de moscas por millones. Pero hubo un ganador claro, Fran Llorente, el recientemente despedido por Mariano Rajoy como jefe de Informativos de TVE, que llegó a emocionarse por la cantidad de piropos, homenajes, alusiones que le dedicaron muchos de los premiados. Lo van a canonizar, parece que se inventó información más o menos profesionalizada. No es así, pero por comparación se merece esos aplausos porque se siente el aliento de las hienas que están acechando en los aledaños de TVE.