Los firmantes del Acuerdo de Gernika hicieron ayer balance del último curso político, del que destacaron que «ha traído la clarificación del proceso de resolución del conflicto», subrayando que se han producido «acontecimientos políticos que ponen bases sólidas» a este proceso.

En una comparecencia en Donostia, los agentes que suscriben el Acuerdo de Gernika señalaron que hay «claros en el cielo del proceso de paz y normalización democrática», pese a que persisten elementos «oscuros», entre los que citaron las detenciones, en particular la última practicada el miércoles contra el refugiado Juan Mari Mujika, los juicios políticos, los encarcelamientos o el endurecimiento de la política penitenciaria, así como las amenazas de ilegalización o «la formalización de la cadena perpetua mediante al doctrina 197/2006».

Estos agentes políticos y sociales sitúan la Conferencia Internacional de Aiete como «el primer claro en el cielo del proceso de paz y normalización política», junto con la histórica declaración de ETA, que consideran «el mayor claro abierto» y «un hito en la Historia contemporánea de nuestro pueblo». INcluyeron en este apartado la legalización de Sortu, aunque con reservas ante las «nubes de acoso y persecución a la actividad política», que sigue sin estar «ni mucho menos normalizada en Euskal Herria», tal como precisaron.

En este repaso por la evolución del proceso, los firmantes del Acuerdo de Gernika subrayaron que los movimientos realizados por el Colectivo de Presos y Presas Políticas Vascas, tras su adhesión al Acuerdo y la Declaración tras el debate interno, han situado a EPPK «en la primera línea de resolución del conflicto» y dieron la bienvenida a la representación nombrada de cara a facilitar la participación del colectivo en el proceso de paz y de agilizar sus relaciones.

Quienes avalan el Acuerdo de Gernika insisten en que la sociedad vasca sigue siendo «la llave de la resolución del conflicto» ante un Gobierno español que vive «en la ficción», alejado del sentir y de las percepciones mayoritarias de la ciudadanía. «Aunque no podamos estar más decepcionados» por la actitud del Estado español, «tenemos claro que no les vamos a dejar que hagan fracasar esta oportunidad histórica para la paz».