Maite SOROA | msoroa@gara.net
Fondo de reptiles, serpientes de verano
En periodo estival abundan las serpientes de verano, noticias que, con un lenguaje envenenado, no tienen otro afán que extender falsedades, contagiar estados de (des)ánimo y servir de sustento a periodistas de muy dudosa reputación. Entre ellos, la más peligrosa especie quizá sea la que habita en el llamado fondo de reptiles, que trabaja mano a mano, cuando no al servicio, de los servicios de Inteligencia y de su agenda securócrata. Servidora ha encontrado dos perlas para ustedes que retratan por sí solas a los presuntos periodistas.
Jesús María Zuloaga, viejo conocido por estas tierras tras su labor como enlace de prensa de los guardiaciviles de Intxaurrondo comandados por Galindo, publicó ayer en «La Razón» una perla que es un monumento a la burda manipulación.
La entrevista de líder independentista vasco Arnaldo Otegi concedida al diario mexicano «La Jornada, le sirvió al escribano cuartelero para titular como sigue: «Otegui no descarta que ETA vuelva a cometer atentados». Una caería al suelo del susto si no conociera los antecedentes del escribano guardicivilesco y si no hubiera leído de principio a fin esa entrevista. A la pregunta de «La Jornada» «¿ve posible que esto (que ETA retome su actividad) suceda?», Otegi comienza su respuesta tajante: «No va a suceder...». Pero para Zuloaga, «Otegi no descarta que ETA vuelva a los atentados». Sencillamente, una burda mentira.
Por otra parte, Santiago González en su blog de «El Mundo» informaba de la presentación del último libro de otra destacada del club de periodistas asociados a los servicios de Inteligencia. Ángeles Escrivá reunió para la ocasión a casi todo el club y compartió mesa con otro viejo conocido, Florencio Domínguez, en un foro de la Fundación para la Libertad que congregó a lo más granado de la especie. La crónica dice que se lo pasaron pipa, repasaron las anécdotas de los archivos policiales y los procesos negociadores que ha conocido este país. Un happening veraniego de lagartijas al sol.
El final deparó una sorpresa sin sorpresa, un déjà vu que a una le empalaga más que la ensaladilla rusa: «Que haya vencedores y vencidos es más importante que la concordia». Mucho, muchísimo veneno.