Un día después de que los concejales de Zierbena Beti, Bildu y dos no adscritos formalizasen la moción de censura contra el alcalde galipo, el secretario municipal acordó no admitirla a trámite, al estimar que la proposición necesita del apoyo de ocho de los nueve miembros de la Corporación y no de los seis que la rubricaron. La oposición anunció ayer que no da la batalla por perdida y que recurrirá a todos los mecanismos legales para que finalmente se acepte la moción que impulsa la mayoría y acabar con un gobierno que se sustenta en dos personas, el primer edil y su compañero Eugenio Barquín.

El funcionario, al que fuentes municipales consideran «un concejal más del PNV» para definir su afinidad con Marcelino Elorza, estima que -en virtud de la modificación de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General que, entre otros aspectos, trata de evitar que tránsfugas pueden cambiar los gobiernos locales- es necesario que la moción de censura sea rubricada por la mayoría absoluta del Pleno más el número de corporativos que han abandonado el grupo del que formaron parte; en este caso tres. De ahí que, en su interpretación, a la oposición le hacen falta ocho apoyos.

Asimismo, en su argumentación para no admitir a trámite la iniciativa, señala que la ley «impide a cualquiera de los concejales no adscritos proponer y participar en la proposición de una moción de censura». El PNV aseguró que el intento de presentar la moción «carece de recorrido alguno», ya que «incumple» la legislación.

Por contra, la oposición defiende que necesitan el aval de la mayoría absoluta -5 concejales- más otro corporativo. Tampoco gustó el modo en que el secretario les comunicó su dictamen, «entre risas y después de que ayer [en referencia al pasado lunes] no se pronunciase de forma firme y tan solo avanzase defectos no de forma sino de fondo». Acusaron al funcionario de efectuar una interpretación «poco objetiva y contradictoria».

Antes de formalizar la moción, ya avanzaron que el secretario iba a ser el principal «obstáculo» para sacarla adelante. Ayer, después de confirmar sus peores augurios, avanzaron que sus servicios jurídicos van a analizar la respuesta y actuarán para conseguir la convocatoria del pleno en el que se tratará la moción, sin descartar acudir a los tribunales.

Mientras se dilucida esa cuestión, Elorza volvió ayer a constatar su minoría en un pleno extraordinario convocado por él, ya que Zierbena Beti, Bildu y los ediles expulsados del PNV rechazaron su pretensión de ampliación de crédito. No le sentó nada bien el rechazo a sus planes, acusando a la oposición de ser la responsable de que el Ayuntamiento no pueda hacer frente a los gastos.

Le respondieron que no piensan avalar su mala gestión y que el único responsable es él, al igual que de las irregularidades que vienen denunciando. Elorza las negó y dijo que Zierbena Beti y Bildu pretenden «gobernar por la puerta de atrás». El alcalde insistió en que el 22M logró el apoyo del 51% de los votos, sin entrar a valorar la crisis interna que existe en el seno del PNV galipo. Desde esa formación se denunció «la ansia de poder por el poder» de la oposición.