LAB criticó la decisión de Osakidetza de diferenciar entre aprobados y suspendidos en los exámenes de la OPE a la hora de confeccionar las listas de contratación porque «miles de personas estarán en una segunda prioridad y con pocas oportunidades de trabajar, aunque tengan experiencia de muchos años y gran cantidad de méritos».

La central sindical recuerda el 70% de suspendidos en los exámenes más masivos y lo enmarca en una «estrategia para desmantelar nuestra sanidad pública».