Banatuz se opone a que Kutxa se convierta en una fundación privada
La plataforma de impositores de Kutxa expresó ayer su rechazo a que esta entidad se convierta en una fundación privada y a que desaparezca como caja de ahorros de «función social y pública». Asimismo, esta asociación mostró su oposición al «cambio de naturaleza» de Kutxa y a que se ponga en «grave riesgo» el futuro de la Obra Social. Banatuz insiste en que la caja debe dedicarse a impulsar proyectos «al servicio de la sociedad guipuzcoana y vasca».
I.T. | DONOSTIA
La plataforma Banatuz hizo públicon un comunicado en el que denuncia que «se pretende hacer desaparecer Kutxa, en pleno verano, a escondidas, sin información clara y transparente y aprovechando una asamblea extraordinaria con unos consejeros que no representan la verdadera voluntad de la ciudadania» y a quienes recuerda que a pimeros de año «no quisieron renovar la asamblea para así poder mantener sus intereses políticos y partidistas».
Tras mostrar su oposición a la privatización, al cambio a fundación privada, a la «desaparición de Kutxa como caja de ahorros de función social y pública», este grupo de impositores aboga por la defensa de Kutxa «al servicio de la sociedad guipuzcoana y vasca, contribuyendo al impulso de proyectos que potencien el desarrollo socio-económico de Gipuzkoa y Euskal Herria desde un modelo social».
Asimismo, Banatuz expresa su oposición a que «se ponga en grave riesgo el futuro de la Obra Social, el control social, la participación y la democratización de todos los órganos de decisión y los objetivos de la misma».
Contra la especulación
Desde la plataforma de impositores denuncian que «quienes pretenden privatizar Kutxa y convertirla en fundación, son los mismos que no dudan en desahuciar a personas, quienes han especulado con nuestro dinero y quienes se han opuesto una vez tras otra a las propuestas que les hemos realizado en defensa de la Obra Social y de ayuda a la clientela».
Banatuz afirma que «no podemos permitir que nos roben Kutxa, que utilicen los ahorros de la clientela guipuzcoana para llevárselo fuera a sanear el sistema financiero español, en lugar de ayudar a las personas más necesitadas, a las pequeñas y medianas empresas, al futuro social y económico de Euskal Herria que es al que Kutxa se debe».
Finalmente, la asociación hace un llamamiento «a toda la clientela y a todas las personas y colectivos que defienden Kutxa como entidad social y pública a impedir que la hagan desaparecer y la conviertan en una fundación privada».
«No representan la verdadera voluntad de la ciudadanía y no quisieron renovar, como correspondía a primeros de año la asamblea para así poder manteener sus intereses políticos y partidistas».
«Quienes pretenden privatizar Kutxa son los mismos que no dudan en desahuciar a muchas personas, quienes han especulado con nuestro dinero y quienes se han opuesto a las propuestas en defensa de la Obra Social».
Los centros de jubilados de la Plaza de Barakaldo, los de los barrios de Kabiezes y Mamariga en Santurtzi, y los de Ortuella, Gallarta, Muskiz y Gernika van a cerrar sus puertas, según denuncia el sindicato LAB. Entretanto, los del barrio bilbaino de Zorrotza, Galdakao, Bermeo, Areeta y el de Astrabudua, en Erandio, van a estar abiertos solo para algunas actividades. En otros, el bar será sustituido por máquinas tragaperras y otros solo abrirán por la tarde.
Estos datos, de centros tutelados por BBK, son puestos como ejemplo por la central para denunciar que la creación de Kutxabank «implica la desaparición de las cajas de ahorros y, de paso, de la Obra Social».
LAB recuerda que en la próxima asamblea del 26 de julio se van a modificar los estatutos de BBK (igual que los de Kutxa y Vital) y se producirá la transformación en fundaciones que «supondrá la pérdida del control del banco y que no haya recursos para la Obra Social». Estos cambios, añade el sindicato, son «una parte de las exigencias de las autoridades económicas europeas y españolas que buscan la tranformación de las cajas en fundaciones».
Desde la central se afirma que la situación laboral de los trabajadores de la Obra Social «puede empeorar gravemente» y se pregunta «¿cómo se van a pagar en el futuro nuestros sueldos?». En este sentido, hace referencia al caso Bankia y recuerda que las siete cajas que se fusionaron para formar BFA-Bankia «no tienen ni un euro de participación en el banco y su Obra Social está al borde de la desaparición, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo». GARA