James Holmes, un joven de 24 años de Tennesse, irrumpió en la madrugada de ayer en una sala de cine de Aurora, en Colorado, coincidiendo con el estreno de «El caballero oscuro», la última secuela de Batman, donde lanzó un bote de humo y disparó indiscriminadamente contra los espectadores, matando a al menos a 12 personas e hiriendo a medio centenar más.

El tiroteo ha reavivado el debate sobre la regulación de las armas en el país, una cuestión que el presidente, Barack Obama, ha evitado desde su llegada a la Casa Blanca.

La matanza ocurrió en el complejo Century, que dispone de 16 salas de cine, a donde, con motivo de este estreno cinematográfico habían acudido cientos de personas, muchas de ellas disfrazadas de personajes de la serie de Batman. Según relataron los testigos, Holmes irrumpió en una de las salas vestido de negro y con una máscara antigás, portando una escopeta en la mano y un rifle en bandolera, y un chaleco antibalas. Las mismas fuentes indicaron que su vestimenta era similar a la del antagonista de Batman en la película que se estrenaba ayer.

Su irrupción se produjo 20 o 30 minutos después del comienzo de la película, que contiene abundantes efectos de sonido con alto volumen, lo que hizo que el público no fuera consciente de que las detonaciones provenían de disparos reales.

Poco después de la matanza, Holmes fue detenido en el aparcamiento del lugar y dijo a los agentes que tenía explosivos en su apartamento de Aurora. Los agentes inspeccionaban con extrema cautela su vivienda, tras desalojar el edificio, al estimar que podría ser una «trampa». El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, descartó que la matanza estuviera relacionada con el «terrorismo internacional».

«Tragedia sin sentido»

La tragedia de Colorado llevó al presidente y candidato a la reelección a interrumpir su campaña. Obama instó a a la unidad ante lo que calificó de una «tragedia nacional sin sentido», y expresó su compromiso a llevar a su responsable ante la Justicia.

También dijo estar «profundamente entristecido por la noticia de esta violencia insensata» el virtual candidato republicano a la Presidencia, Mitt Romney, firme defensor de la Segunda Enmienda de la Constitución que establece el derecho a poseer armas de fuego.

En EEUU hay más de 300 millones de armas de fuego en manos de los ciudadanos, y las esporádicas matanzas reavivan el debate sobre esa disponibilidad y su regulación. Según las estadísticas, cada año, cerca de 100.000 personas, incluidos muchos niños, resultan heridos por armas de fuego en el país y mueren más de 31.500.

En cada ciclo electoral, la Asociación Nacional del Rifle (NRA) vuelca su respaldo sobre los candidatos republicanos que responden legalmente obstruyendo las iniciativas para restringir la venta de armas de fuego, sobre todo de tipo militar.

Los sectores más conservadores y la poderosa NRA han denunciado la supuesta disposición del Gobierno de Obama a firmar una convención internacional que se está negociando en Naciones Unidas para el control del tráfico de armas pequeñas, como un primer paso para la restricción de armas en EEUU ya que limitaría el derecho de los estadounidenses a poseer tantas armas como quieran. Los mensajes e imágenes de la tragedia hicieron echar humo a las redes sociales, algunos tuits responsabilizaban indirectamente de la matanza a «un grupo que siembra el espanto y es conocido con las siglas NRA». John Sugarmann, presidente de Violence Policy Center, un think tank con sede en Washington, señaló que lo ocurrido en Aurora podría ser uno de esos hechos que llevan a los estadounidenses a reflexionar sobre la violencia relacionada con las armas de fuego. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, favorable a establecer medidas de control sobre las armas de fuego, pidió a Obama y Romney que se posicionen inmediatamente sobre esta cuestión.

«Tal vez sea hora de que los dos candidatos a la Presidencia se levanten y nos digan qué van a hacer, porque es un problema que concierne a todos». «Esto tiene que parar», sostuvo.

Decepcionados

Quienes abogan por el control de armas, por su parte, dicen estar decepcionados con la actuación de Obama y confían, según señaló Sugarmann, en que tras la matanza de Colorado «pase de la compasión a la acción».

«Lo que es desesperante es que nadie se pregunta cuál es el factor común que podemos comprobar» en este tipo de sucesos, que no es otro, aseguró el presidente de Violence Policy Center, que «la accesibilidad de las armas y los tipos de armas que se venden en en este país». En la mayoría de estados de EEUU es extremadamente fácil adquirir un arma de fuego.

Aurora se encuentra a diez kilómetros de la ciudad de Denver, en un área que no está lejos de la escuela Columbine, donde dos estudiantes mataron a 13 personas en 1999.