Parece que el Partido Popular ya ha encontrado la manera de, recurriendo a la máxima putrefacción del sistema democrático, manipular el censo electoral en Euskal Herria.(...)

Según ha explicado el ministro de la cosa, todos los que hayan vivido en Euskal Herria al menos cinco años desde 1977 serán automáticamente considerados «exiliados» vascos, o diáspora vasca, aunque hayan nacido y vivido toda su vida, excepto esos cinco años, en un pueblecito de Salamanca.(...)

El origen de todo esto hay que buscarlo en las encuestas de intención de voto que ya se están llevando a cabo en Euskal Herria. La tendencia que marcan todas ellas, cada una con su matiz, es que las fuerzas abertzales van a arrasar(...). Es decir, que una vez acabado el problema político que podía suponer ETA, el nacionalismo español necesita con urgencia acabar con el problema que supone la voluntad democrática de los ciudadanos vascos, empecinados, para horror de los partidos hispanos, en defender la idea de que Euskal Herria es una nación que ha de ser reconocida como tal.

¿Cómo neutralizar la voluntad mayoritaria de los vascos? Destrozando el censo electoral.(...)

Los partidos abertzales, no sólo el PNV, ya pueden tomar buena nota del cabreo monumental que este movimiento español está provocando entre los ciudadanos.(...) Si el PNV y EH Bildu no son capaces de dar una respuesta adecuada a la indignación popular, al pil-pil social que esta agresión está provocando, la ola les pasará por encima.

Lo que sí que está quedando claro en las conversaciones entre vecinos y en los debates de cuadrilla, es que con esta decisión el nacionalismo español ha demostrado que no quiere una situación de normalidad. Quiere crispación, quiere enfrentamiento y busca abiertamente el choque de trenes. Y que por lo tanto toca resistir y toca actuar.

En estas condiciones, y con el panorama de una España empeñada en hundirnos hasta el fondo de su ruina económica, cobra más sentido que nunca la opción de la independencia. ¿Para qué seguir formando parte de una España que no nos quiere dejar siquiera votar en libertad, y que se empecina en llevarnos a la ruina cuando la situación de nuestra economía no es ni remotamente esa? Ya no es sólo una cuestión política. Es que está en juego el futuro de nuestros hijos y nietos, el económico y el político.(...)

Alguien dirá que la lucha por la huida de España será muy dura, y es cierto. Sin embargo, está claro que mucho más dura va a ser la lucha por vivir con un mínimo de dignidad si aceptamos seguir siendo realquilados en España.