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Raimundo Fitero

Figuración

 

Los presentes en el estadio de una ceremonia inaugural de unos Juegos Olímpicos son simple figuración necesaria. Si me apuran les podemos calificar de figuración especial y alguno con frase. Porque estamos hablando de un espectáculo audiovisual, global, y como tal se debe entender. Me refiero a la parte inicial, al espectáculo teatralizado, evocativo, creativo, porque después hubo un anuncio muy largo, en donde salían unos tipos bulliciosos vestidos de las maneras más extravagantes posibles y la inmensa mayoría grabando con su teléfono el acto. Un spot publicitario continuado de ese tipo de aparatos, que me imagino han colapsado las redes sociales con fotos y vídeos. Es un fenómeno a estudiar, incluso algo a tener en cuenta por los organizadores para regular su uso en el futuro. Los ingleses han aprovechado perfectamente la oportunidad olímpica para revalorizar la marca, y lo han hecho con una magnífica estrategia, señalando su vida rural, su creación literaria, acudiendo a clásicos infantiles, su revolución industrial o recordar que el inventor de la web es precisamente un británico, con lo que cerraban el círculo de autoestima. El vehículo elegido para atravesar todos esos pasajes de su mismidad, por el director Danny Boyle, fue una excelente banda musical, un recorrido por el pop que marcaban una guía sentimental precisa y realmente universal.

Los montajes más teatralizados, las escenas corales, el que todos los bailarines, actores y demás protagonistas fueran aficionados, es decir si salían enfermeras y salieron docenas para vindicar la sanidad pública, lo eran de verdad, lo que impregnaba todo de una implicación de la sociedad que le dotaba de mayor autenticidad. Una iluminación realmente espectacular y un magnífico uso de los recursos técnicos y de la narración audiovisual, lograron uno de los mejores espectáculos televisivos de ceremonias de esta índole. Y con sentido del humor, con sorpresas, con una grandiosidad nada aparatosa, como si se entendiera que la sencillez es magnífica y espectacular si se hace bien y en conjunto. Lo que vino después fue un desfile hortera con banderas al viento. Los comentaristas de TVE, lamentables.