Joseba Argintxona e Iker Larrieta, de la iniciativa social «Ez irentsi-No tragamos», realizaron este pasado viernes una protesta ante la sede del Gobierno de Gasteiz en Gran Vía y ante la Diputación de Bizkaia.

Como explicaron los dos miembros mientras se instalaban ante las puertas de la Administración foral, que preside José Luis Bilbao, «estamos exigiendo una desobediencia institucional. No es ya solo el individuo quien debe actuar en ese sentido, sino que las instituciones deben plantar cara a quienes les extorsionan para que después nos aprieten las clavijas a los ciudadanos».

Para ambos esta propuesta «trata de desplazar obligación de desobedecer a las propias instituciones».

la representación se escenificó entre «un ciudadano vasco y otro español, enjaulados y ahorcados mirándose atentamente al ombligo, que ven su interés material inmediato: un billete de 20 euros en el ombligo, aislados en el entorno y consolándose cada uno con la situación que tiene el otro».

Porque, como explicaron ambos, «estamos viendo que los vascos nos curamos en salud con los españoles, que están peor, y éstos, lo hacen con los griegos, y ésos con los tanzanos, me imagino». En realidad, «todos estamos mal y, por lo tanto, tenemos que responder».

Los dos miembros de la iniciativa social recordaron que el fin de semana pasado cumplieron tres meses de iniciativa social. «Con esta escenografía en la Gran Vía hemos buscado hacer despertar a las administraciones para que en esta encrucijada las instituciones se alíen con la ciudadanía y planten cara a los ladrones y a quienes están sacando provecho de esta crisis». Por eso, anunciaron que proseguirán con sus protestas.