Las autoridades de la localidad de Qidong, en la provincia oriental china de Jiangsu, accedieron a cancelar la prevista instalación de una fábrica de papel japonesa en la ciudad, después de que miles de personas se manifestaran ayer, desde primera hora de la mañana, contra el proyecto en las calles, según informó la agencia oficial china, Xinhua.

Testigos de los incidentes trascurridos durante el día de ayer, relataron que hubo enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía, y que varias personas que participaban en la marcha ocuparon el edificio del Gobierno local, arrojando por la ventana papeles y volcando mesas y sillas. La manifestación transcurrió con una fuerte presencia policial, que continuó después de finalizar la marcha.

Los manifestantes pedían la cancelación del proyecto de la firma nipona Oji Paper Group, que comenzó a construirse en 2007, por temor a que sus vertidos contaminaran las costas cercanas.

«El Gobierno dice que no quiere contaminar el mar, pero si eso es cierto, ¿por qué no arrojan los residuos al río Yangtsé?», se preguntaba Lu Shuai, uno de los manifestantes, antes de responder a su pregunta: «Porque si los tiran al río, los habitantes de Shangai van a quejarse».

Tras los incidentes, Zhang Guohua, el alcalade de Nantong (ciudad que administra Qidong), garantizó en un discurso emitido por televisión y radio que los planes de construcción de la papelera serán cancelados «permanentemente». El viernes, ya había anunciado que el proyecto sería suspendido para llevar a cabo una evaluación adicional.

A pesar de este anuncio, varios manifestantes entrevistados por teléfono por la AFP se mostraron escépticos sobre las verdaderas intenciones de las autoridades.

Aún así, tras el discurso del alcalde, la mayoría de los manifestantes regresó a sus hogares, mientras que la ciudad seguía bajo control policial.

Oji Paper Group, una de las mayores papeleras del país vecino, defendía que sus vertidos eran tratados de acuerdo a los estándares medioambientales pertinentes.

«No vertemos agua contaminada. Vertemos agua purificada y cumplimos las normas locales de protección medioambiental», aseguró un responsable de relaciones públicas de Oji Paper, citado por la agencia japonesa Jiji Press.

La protesta en Qidong se produjo pocos días después de que las autoridades prohibieran a 10.000 estudiantes locales que se manifestaran con las mismas reivindicaciones, llegándoles a amenazar con expulsarles de la escuela si lo hacían.

Este es el segundo caso de protestas medioambientales que se salda con éxito en China en este mes, después de que otras manifestaciones contra la construcción de una planta química en Shifang (suroeste del país) también consiguieran paralizar el proyecto, pese registrarse grandes enfrentamientos entre manifestantes y la Policía.

Las protestas se han incrementado desde el año pasasdo en China contra la degradación del medio ambiente.