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80 años de fiestas (III)

Rey en una fiesta republicana

Arantxa MANTEROLA | BAIONA

El rey León, que aparece desde 1987 en el balcón del ayuntamiento y a quien los chavales van a despertar todos los días a las doce en punto del mediodía, es la mascota por excelencia de la fiesta bayonesa.

Esta figura tan emblemática hoy día se inspiró en un personaje de la villa que fue proclamado «Rey de Baiona» en 1934: León Dacharry, un cantor lírico bastante gamberro que trabajaba como vendedor en un comercio de impermeables. Al parecer, los jóvenes de aquella época estaban hartos de tener siempre una reina de las fiestas y, a propuesta de la banda Batsarous (una de las dos bandas presentes desde el inicio de las fiestas junto a Errobiko Erroskilak), le nombraron «Rey de Baiona» el 5 de agosto de 1949.

La canción «Oh León, León, León» que se canta para despertarle se hizo tan popular que es conocida también en todo el Estado francés. Fue Dacharry quien inspiró el actual rey León -el gigante particular de los bayoneses- al dibujante Jean Duverdier, y fueron las peñas Or Konpon y Zahakin quienes lo realizaron.

Más tarde, en 1989, le agregaron toda una corte que, acompañada de gaiteros, se presenta bajo el balcón del ayuntamiento para sacar de sueño al rey dormilón. Los gigantes-cortesanos son: el Bufón, que representa el aspecto festivo; el Mariscal, encargado de hacer respetar el orden público; el Chocolatero, en referencia a la tradición de Baiona; la Gobernanta y el Médico, que garantizan la buena salud de los participantes en la fiesta; y la Favorita, por eso de que todos los reyes tienen una.

Aquí también, de rojo y blanco

Como es lógico, con el paso del tiempo, las fiestas de Baiona han ido evolucionando. Por ejemplo, la costumbre ya típica de vestirse de rojo y blanco se fue abriendo camino a finales de los 80. Unos años antes, en 1969, el archifamoso tenor Luis Mariano ya había marcado el paso al aparecer ataviado de blanco y con un pañuelo rojo al cuello en el balcón consistorial para la ceremonia de apertura de las fiestas.

Anteriormente, el color predominante en las fiestas era el azul, el color de los buzos que utilizaban los trabajadores en sus tareas. En 1954, el comité de fiestas intentó que los participantes en la fiesta se vistieran con los colores de la ciudad -el rojo y el verde- pero la propuesta no caló.

Ahora, casi todos se visten como en Iruñea, cuyo modelo de fiestas fue el embrión de las de Baiona y con la que está hermanada desde 1960.

Todos los años una representación del Ayuntamiento bayonés acude a los sanfermines y, un par de semanas más tarde, electos de la capital navarra devuelven la visita y participan en el Día de Iruñea de la capital labortana, que tradicionalmente se ha celebrado el domingo pero que este año, a petición expresa del alcalde Jean Grenet, ha sido trasladado al sábado.

Si bien ya existían algunas, el auge de las bandas también coincidió con los años 60. La primera «auténtica banda» la impulsó, según las crónicas, Alexis Etchegoyen, secretario del comité de fiestas en aquella época, quien propuso formarla a la fanfarre des Genêts de Angelu.

 
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